Corrupto y fracasado
La provisión de merienda escolar en Alto Paraná es el reflejo más vivo de un gobierno ineficiente, inepto, irresponsable, corrupto y fracasado. El gobernador Roberto González Vaesken (colorado cartista) que se postula a la senaduría firmó la adjudicación de la provisión del servicio el 17 de junio, tras casi cuatro meses del inicio del año lectivo y a menos de seis meses de que termine. Tres empresas fueron contratadas por G. 54.896 millones para la distribución de leche, galletitas y cereales a 122.128 alumnos de 591 escuelas para los periodos 2022-2023.
El gobierno departamental solo previó entregar el complemento nutricional durante 100 días (cada año) de los 180 con que cuenta un año escolar. Este proceso licitatorio, como muchos otros de esta administración, estuvo cargado de denuncias de irregularidades y hasta fue suspendido por la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas (DNCP) por un supuesto direccionamiento.
Tras reanudarse la licitación y saltar la nómina de adjudicados, ahora surge un nuevo cuestionamiento: Alto Paraná pagará la merienda escolar más cara. La leche costará a G. 7.000 el litro y el cereal a G. 60.000 el kilo. En este último punto, se denunció que el ítem está sobrefacturado, teniendo en cuenta que el precio de mercado es de aproximadamente G. 15.000.
Un gobierno es ineficiente cuando no es capaz de cumplir adecuadamente con su función; en este caso entregar el alimento en tiempo y forma a los niños parece misión imposible.
Un gobierno es inepto cuando sus autoridades demuestran que carecen de aptitudes para ejercer la función; esto está claramente demostrado porque la llegada tardía tanto la merienda como del almuerzo escolar se repite en todos los períodos escolares.
El gobernador culpó a la burocracia por el retraso y con esto me hizo recordar a la frase: “Todos tienen la culpa, menos yo”. Un gobierno es irresponsable cuando no prioriza la educación de su pueblo como, por ejemplo, cuando no invierte lo que corresponde para garantizar el complemento alimenticio todos los días del año lectivo o cuando espera que inicien las clases para recién llamar a licitación.
Un gobierno es corrupto cuando paga muy por encima de lo que cuesta por un producto, evidenciando que alguien sacará beneficio a costa de la educación pública.
Y aquel que comete siempre los mismos errores es un gobierno fracasado, como en este caso.
Situaciones similares vemos con frecuencia en los municipios, donde los recursos del Fonacide, dinero destinado a la educación, son utilizados de forma discrecional, que finalmente son direcciondos a beneficios particulares. Como decimos siempre en vísperas de elecciones, este 2023 no será la excepción: tendremos la brillante oportunidad de cambiar estas situaciones que indignan y dañan como pueblo. A quien botar, ya sabemos.
patricia.alvarenga@abc.com.py