Buscan facilitar cobros por conservar bosques
A pesar de que Paraguay está entre los 10 grandes exportadores mundiales de carne bovina, la ganadería local tiene, a nivel general, grandes debilidades relacionadas con la eficiencia en la producción y la calidad de la carne, en comparación con Uruguay, según admitió ayer el presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), doctor Pedro Galli, en el marco de la apertura del Congreso Brangus, que se realizó en el salón Enrique Riera, del campo de exposiciones de la Rural, en Mariano Roque Alonso.
“Tenemos grandes oportunidades de crecer, de lograr la apertura de nuevos mercados (EE.UU.) y la instalación de más industrias; así que debemos seguir trabajando para producir más
en cantidad y mejorar en calidad; precisamos transmitir tecnología a todos los productores, porque en general, tenemos bajos índices de producción y contamos todavía con un alto porcentaje de ganado con calidad intermedia o mala”, expresó
Pedro Galli, en su discurso ante más de 300 ganaderos de vanguardia, que participaron en el congreso de la raza Brangus.
El máximo líder de la producción destacó el trabajo impulsado por las diferentes directivas de la Asociación de Criadores de Brangus del Paraguay (ACBP), logrando instalar la carne brangus como una marca a nivel país y cuya calidad podría servir de ejemplo para toda nuestra producción.
También destacó que hay grandes expectativas en el sector pecuario, con miras a una próxima apertura del mercado de los Estados Unidos para la carne paraguaya, porque generará un escenario más alentador en el contexto complicado para el sector, a consecuencia de la caída del mercado ruso y de los precios de la carne.
Por su parte, el viceministro de Ganadería, doctor Marcelo González, afirmó que el Paraguay tiene una producción ganadera ambientalmente sostenible, pero debemos demostrarlo.
Ampliar y facilitar los mecanismos para la compensación monetaria para aquellas personas que han resuelto cuidar la naturaleza, mantener los bosques, en el marco de Ley N° 3001/06 de valoración y retribución de los servicios ambientales, es el objetivo de un proyecto de modificación de dicha normativa, según informó ayer el senador Fernando Silva Facetti luego de la audiencia pública.
Celebró el gran interés que generó la propuesta de cambiar algunos aspectos de dicha normativa para hacerla más aplicable, porque ya tiene muchos años sin poder ser usada debidamente. Indicó que se estableció en 2006, pero las limitaciones para su cumplimiento hicieron que recién en 2013 se tenga el primer caso, cuando el Estado entra a salvarle a Acepar, usando ese mecanismo y recién después comenzaron a salir los primeros proyectos.
“Básicamente si se tiene bosques se los puede certificar en el Ministerio del Ambiente y de Desarrollo Sostenible (Mades), para que aquellos que hagan obras públicas importantes o aquellos que infrinjan las leyes del medio ambiente, puedan comprar esos certificados y el tenedor de bosques podrá ganar plata con ello, y esa es la ley de servicio ambiental”, explicó.
Advirtió que el problema que frena la aplicación de la ley es que para conseguir los certificados ambientales el proceso es muy burocrático y al contrario, cuando se tiene el certificado, finalmente no se sabe donde colocarlo.
“Existe un problema de oferta y demanda, hay mayor oferta que la demanda, y por eso se propone la modificación de algunos artículos, para permitir hacer un trámite más rápido y que finalmente pueda ser presentado como un activo ambiental, así poder comercializarlo, por ejemplo, en la Comisión Nacional de Valores y poder ofrecerlo a nivel internacional, en una forma transparente y trazable, con las debidas auditorías”, indicó.
Añadió que participaron en la audiencia pública actores financieros importantes, como el Banco Central del Paraguay, la Comisión Nacional de Valores, los grandes compradores de los certificados ambientales, que son ANDE, Petropar, MOPC; y los propietarios de bosques.
El debate parlamentario está previsto para el 14 de julio, pero el próximo lunes tendremos una mesa de trabajo, con miras a tener un documento más consensuado.