La democracia necesita de partidos bien constituidos.
Hablando del proyecto de ley que dispone que los clubes de fútbol y las firmas tabacaleras sean controlados por la Seprelad, el vicepresidente Hugo Velázquez anunció que buscará “bajar línea” a los diputados oficialistas que votan a favor del cartismo, haciéndose los “desentendidos”. Aquí se plantea un problema que se observa en los principales partidos políticos del país, de la falta de coincidencia entre los distintos grupos internos, que dan la sensación de que sus organizaciones carecen de una determinada orientación institucional.