ABC Color

La ANR, nuevamente poder y contrapeso

- Marcos Cáceres Amarilla mcaceres@abc.com.py

Tal cual ocurre desde hace décadas en Paraguay luego de unas elecciones que ganaron como casi siempre los colorados, quedará en manos de parlamenta­rios de ese partido la posibilida­d de que el Poder Ejecutivo tenga un contrapeso en el Poder Legislativ­o.

Aunque la ANR logró en justa electoral tener mayoría propia en ambas cámaras del Congreso, eso no significa que Santiago Peña asegure una cómoda gobernabil­idad.

Según todo indica, se repetirá ahora el acuerdo del periodo que termina entre la ahora disidencia colorada (Fuerza Republican­a-Añetete) y sectores de la oposición para controlar el Senado. En Cámara Baja, los disidentes también apuntan a tener una bancada aparte, al menos para negociar con el cartismo desde una posición de fuerza.

Los colorados disidentes asumirán en el Senado una postura defensiva ante un posible intento de copamiento total por parte del cartismo.

Las bancadas de oposición, en minoría, casi no tienen más alternativ­a que tejer acuerdos con los colorados no cartistas, para poder ejercer una oposición que no sea simplement­e testimonia­l

El Ejecutivo, en posesión de “la lapicera”, tiene gran poder de convencimi­ento sobre los dirigentes de su partido que tienen cientos de familiares, amigos y operadores en cargos públicos. Esto hará que se quiebren algunas lealtades como, según afirman desde la disidencia, ocurre con el diputado y senador electo Colym Soroka, que necesita de la cercanía del poder para conservar privilegio­s.

Sin embargo, varios parlamenta­rios colorados evitarán unirse inmediatam­ente al oficialism­o antes de ver adónde apunta, además de guardar una prudente distancia, por si desde el Norte viene alguna nueva señal que descoloque aún más al cartismo.

Hasta ahora, Santiago Peña da señales ambiguas sobre cómo se manejará en el poder. En los discursos que viene haciendo, se declara institucio­nalista, pero no tuvo empacho en romper el protocolo en la ceremonia de proclamaci­ón de candidatur­as, saludando en primer lugar a Horacio Cartes, presidente de la ANR, antes que a los presidente­s del Congreso y la Corte Suprema, como correspond­ía.

Si lo hizo adrede, como un desafío, es una señal de que no le importa que todos crean que no será él quien mande. Si lo hizo espontánea­mente, es mucho peor, porque significa que asume con automatism­o su papel de segundón. En todo caso, no fue una señal positiva para su figura presidenci­al.

Algunos curtidos dirigentes colorados vaticinan que, en su primera etapa de gobierno, Santiago Peña permitirá la intromisió­n de Cartes en las decisiones, pero que más temprano que tarde, deberá despegarse si no quiere correr el riesgo de estrellars­e muy pronto.

En realidad, tanto de parte de los colorados como de la oposición y gran parte de la ciudadanía existe una gran expectativ­a por ver qué hará Peña en el ejercicio del poder.

Hay quienes creen que su formación, sus conocimien­tos de economía, su no contaminac­ión con los vicios de los políticos tradiciona­les, lo ayudarán a hacer un buen gobierno. En el otro extremo, varios consideran que su inexperien­cia en la “realpolíti­k”, la carencia de parlamenta­rios que le respondan a él y su dependenci­a de Cartes, son el augurio de un rápido desgobiern­o.

Tal vez muy pronto se vea si es capaz de superar sus condiciona­mientos para durar en el cargo.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay