Agobiado por la sequía, Montevideo dispone de agua para unos 20 días
Agobiado por la histórica sequía que azota al país, Montevideo, la capital uruguaya, podría quedarse sin agua dulce. El déficit hídrico es “muy crítico”, según las autoridades, solo quedaría reserva para unos 20 días.
La sequía histórica que afecta a Uruguay desde hace más de tres años amenaza desde hace semanas el suministro de agua potable en Montevideo y alrededores, donde viven unos 1,8 millones de personas, más de la mitad de la población total.
El embalse de Paso Severino, el principal reservorio de agua dulce para la zona, cuenta con 4.660.000 metros cúbicos de un total de 67.000.000 m³ de capacidad, según el último balance oficial al 31 de mayo.
“Las lluvias registradas el 26 de mayo permitieron extender las reservas una semana. Igualmente la situación continúa siendo muy crítica”, indicó el reporte de la empresa estatal Obras Sanitarias del Estado (OSE).
Ignacio Lorenzo, del departamento de Desarrollo Ambiental de la Intendencia de Montevideo, señaló que, a falta de precipitaciones, en la región capitalina “habría reservas para 20 días más”.
Desde fines de abril, OSE ha estado mezclando el agua dulce de Paso Severino con agua de fuentes cercanas al Río de la Plata, más salobre por provenir del estuario.
La semana pasada el agua dulce del área metropolitana presentó niveles de sodio y cloruros levemente superiores a los límites máximos fijados
en mayo por las autoridades sanitarias, que ya son superiores a la normativa vigente. Esto provocó la reacción popular.
El viceministro de Ambiente, Gerardo Amarillo, dijo que el Gobierno no descarta apelar a las reservas de
agua subterránea para garantizar el abastecimiento.
Cientos de personas marcharon en el centro de Montevideo, convocada por la central sindical nacional Pit-Cnt bajo la consigna “En defensa del agua”.
“Aquí se improvisaron las medidas. Lo único que nos falta es hacer una danza de la lluvia esperando que llueva. Y eso no puede ser”,
dijo Ernesto Spaizman, integrante del gremio de funcionarios de la Universidad
de la República.
“La crisis climática global que estamos viviendo es producto de un modelo productivo llevado adelante por los gobiernos neocapitalistas”, señaló Paula Padilla, una maestra de 36 años.
Padilla deploró el “agua salada” que sale del grifo en Montevideo y el costo que supone para una familia de ingresos bajos o medios comprar agua mineral. “No es viable para todo el mundo”, afirmó.