Abuelo mató a su sobrino, hirió a su sobrina y se suicidó en Pirayú
Un abuelo de 77 años mató con un rifle a su sobrino dejó herida a la esposa de este y luego se suicidó con la misma arma, todo para evitar ceder a las víctimas un pasillo de un metro de ancho que conecta las propiedades de ambas familias. El crimen se pro
PIRAYÚ, Dpto. de Paraguarí (Emilce Ramírez y Faustina Agüero, corresponsales). El atentado se produjo ayer a las 8:45 en la compañía Yaguarón Yuru que queda a cinco kilómetros del centro de Pirayú y a 14 kilómetros del centro de Paraguarí.
El autor del hecho fue Abundio Florentín Chávez Cáceres (77), quien vivía solo en una casa situada sobre la ruta asfaltada.
Este disparó con un rifle calibre 22 contra el hijo de su hermana, Hugo Servín Chávez (54), y contra la esposa de este, Máxima Iluminada
Sánchez Segovia (37), quienes salían en moto de su casa que queda dos terrenos más atrás de la vivienda de don Abundio.
Hugo murió y Máxima aún sobrevive. Don Abundio, por su parte, se mató con la misma arma.
El hecho sucedió en una
propiedad familiar que queda frente a la comisaría 27ª de Yaguarón Yuru.
Los atacados, Hugo y Máxima, pretendían ir al Juzgado de Paz de Pirayú, donde tenían marcada para las 9:00 una audiencia ante la jueza Gilda Concepción Lara Fabio, quien debía atender la denuncia por violencia contra la mujer que hizo Máxima contra su tío político, don Abundio.
Resulta que don Abundio ya venía amenazando a su
sobrino y a su sobrina política porque estos últimos pretendían ensanchar el pasillo de un metro que nace prácticamente sobre la ruta asfaltada, justo donde empieza la propiedad del abuelo, y que llega hasta la casa del matrimonio, situada dos terrenos más hacia el fondo y que no tiene salida a la vía pública.
Se trata de un típico problema de servidumbre de paso, que se suele desatar cuando una familia necesariamente
debe pasar por la propiedad de otra para salir a la calle.
Supuestamente, don Abundio venía advirtiendo que ya no permitiría que otros pasaran por su propiedad y no quería reconocer el derecho de los otros.
De hecho, para evitar problemas, justo ayer Hugo y Máxima iban a salir a la ruta a través de otro terreno baldío contiguo, pero de todos modos fueron atacados por don Abundio.