Reforma 6 - Hambre 0
Había una vez un Gobierno que presentó un proyecto país. Fue la misma plana mayor parada en el Palacio la que hizo el anuncio rimbombante. El plan, se dijo, formaba parte de una iniciativa sensible y sumamente necesaria.
Hambre cero en las escuelas, así se conoce el plan, que pretende cubrir el almuerzo escolar del 100% de los estudiantes durante los 180 días del año lectivo, mirando la experiencia de cómo Brasil había llevado un programa exitoso en la primera época de Lula da Silva.
En medio de todo ello, la dicotomía se hacía presente en aquel cuadro y no podía dejar de notarse. Entre los discursos de “hambre cero”, los protagonistas principales del escándalo de los nepobabies estaban allí parados con la frente en alto, ironizando por completo y restando toda autoridad moral a la presentación.
Pero volvamos al cuento… Para la propuesta no habían hecho partícipes a gobernadores e intendentes, quienes están en el proceso de gestión. Tal vez fue un error de cálculo o de improvisación con falta de debate, que generó la reacción negativa de parte de estas autoridades.
Fue así que el propio presidente Santiago Peña tuvo que negociar y hasta pedir disculpas. Habló de darles la participación debida y demandada.
Y aquí empezaron a sonar campanas distintas, trayendo el ruido de un sonido peligroso que hace tiempo aparece cada tanto. Saltaron las palabras “enmienda” y luego “reforma” de la Constitución Nacional. O de aquellas que sean necesarias hacerlas en el ámbito tributario para que los intendentes queden conformes con la reasignación de recursos locales.
Es decir, pasamos de hablar de un proyecto país a una eventual reforma de la Constitución Nacional que, automáticamente, lleva a plantear otras aristas. Y sí, también la figura de la reelección.
La realidad es dura. La mala gestión en cuanto a provisión de alimentos nos lleva al dato que arrojó la propia Presidencia y es que, en Paraguay, 3 de cada 10 niños no reciben una alimentación adecuada de forma diaria y que en promedio solamente alrededor del 5% de 1.300.000 estudiantes obtienen el almuerzo durante todo el año lectivo.
Parece que el proyecto de alimentación escolar se convierte en un catalizador para discusiones más amplias y posiblemente más polémicas, como la reforma constitucional y la reelección. Esto puede distraer de la misión original del programa, que es abordar el problema del hambre infantil.
Es difícil determinar si este “cuento” es una improvisación o una estrategia a largo plazo. Podría ser una mezcla de ambos. En la política, las decisiones improvisadas a menudo abren camino a estrategias a más largo plazo, especialmente cuando se trata de cuestiones tan complejas como la reforma constitucional o la redistribución de recursos.