Numerosos feligreses recordaron ayer la entrada de Jesús a Jerusalén
Asunción se vio envuelta en mucho movimiento ayer debido a las celebraciones por Domingo de Ramos. Los feligreses llenaron de fe y devoción las calles dando inicio a la Semana Santa que conmemora la muerte y resurrección de Cristo.
El Domingo de Ramos tiene un significado importante para los cristianos: recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén cuando lo saludaron con hojas de palma en el trayecto. Es así que ayer se celebraron misas y se realizaron procesiones para rememorar ese acontecimiento. Esta tradición abre las puertas a la Semana Santa.
Gran cantidad de personas llegaron ayer a la Catedral Metropolitana de Asunción para la celebración del Domingo de Ramos. El cardenal Adalberto Martínez, arzobispo de la Santísima Asunción, presidió la misa y recordó en su homilía de ayer la pasión de Cristo y “el recorrido de la redención”. Enfatizó en su mensaje: “El Domingo de Ramos es un domingo del anuncio: Jesús de Nazaret murió por nosotros”. Pidió a los presentes que la Semana Santa sea de reflexión.
El religioso comentó que en Jesús está el triunfo de la paz sobre la violencia humana. “Dios no es violento, todo lo contrario; es respetuoso, amigo de la vida, enemigo de la muerte, de quienes la provocan. Dios es creador y protector de la casa común y de todo lo que ella contiene, es decir, la creación completa”, expresó.
Recordó que Dios siempre está con los desprotegidos y marginados por la sociedad y que el amor es su poder. Añadió que seguramente es difícil creer que el amor pueda transformar el mundo, pero que “si dejáramos que el amor organice nuestra sociedad, en lugar de que siga manejado por la fuerza y la prepotencia del poder, ¿no tendríamos un Paraguay distinto?”.
Procesión en parroquia La Encarnación
Por otro lado, ayer resaltó en colores y concurrencia la procesión organizada por la parroquia Nuestra Señora de la Encarnación de la ciudad de Asunción. La actividad comenzó en la plaza Italia a las 9:00 con la bendición de ramos. Posteriormente, decenas de fieles caminaron hasta el templo parroquial con ramos y flores.