Bendición de palmas en el interior
Miles de fieles asistieron a la misa de Domingo de Ramos con la que se inicia la Semana Santa. Caacupé, Luque, Fuerte Olimpo, Ayolas y Ciudad del Este son algunas de las ciudades donde hubo bendición de palmas.
La misa de las 7:00 celebrada en la Basílica de la Virgen de los Milagros de Caacupé fue presida por el obispo de la diócesis serrana, monseñor Ricardo Valenzuela. Durante su prédica resaltó que los jóvenes estén haciendo uso de su voz y voto e instó a valorarlos, considerando que en tiempos antiguos ni siquiera se los escuchaba.
Dijo que hay muchas maneras de silenciar a los jóvenes, hay muchas formas de anestesiarlos y adormecerlos para que no hagan ruido, para que no se pregunten y no se cuestionen sobre lo que ocurre a nuestro alrededor.
“Hay muchas formas de tranquilizarlos para que no se involucren, para que no se comprometan y así sus sueños pierden vuelo, y se vuelven ensoñaciones, vanas, pequeñas, tristes y frustrados. Así están muchos de nuestros jóvenes hoy en día”, dijo el obispo.
“Queridos jóvenes, en ustedes está la decisión de gritar, en ustedes está el decidirse por el Hosanna el que viene en nombre del Señor hoy domingo para no caer en aquel: ¡Crucifícalo, crucifícalo!, del Viernes Santo. Está en ustedes no quedarse callados”, subrayó.
“Si los demás callan; si nosotros los mayores, adultos responsables, callamos, si esta nuestra sociedad calla y pierde la alegría ¿qué haremos? Les pregunto a los jóvenes que están aquí: ¿Ustedes gritarían?”, expresó.
Insta a comprometerse
En el Santuario Nuestra
Señora del Rosario de la ciudad de Luque, durante la homilía el cura rector, monseñor Enrique Meyer, llamó a la reflexión y al compromiso con la fe. “Muchas veces vivimos momentos de festividad religiosa con gran entusiasmo, pero luego hay otros momentos en los que negamos nuestra fe católica, incapaces de defenderla con firmeza”, expresó.
“La verdadera devoción se demuestra en el día a día, en nuestras acciones y en la forma en que tratamos al prójimo”, agregó.
Hasta la cima del cerro
En Fuerte Olimpo, la feligresía católica, como es tradicional cada Domingo de Ramos, subió a la cima del cerro donde se encuentra la catedral de María Auxiliadora para participar de la misa. La bendición de palmas estuvo a cargo del cura párroco Mac-Donald Fils D Prosper frente al local del Centro Juvenil Parroquial, previo a la celebración eucarística.
Invita a ser solidarios
Una gran concurrencia de feligreses se registró este domingo en la catedral San Blas de Ciudad del Este en la misa de Domingo de Ramos. Tras la bendición de palmas, el obispo diocesano, monseñor Pedro Collar, presidió la misa y en su sermón pidió ser más solidarios.
“Tratemos de mantener esta actitud durante toda la Semana Santa. Que este gran acontecimiento de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor sea parte de nuestro corazón, de nuestra conciencia,
de nuestra vida interior”, expresó el pastor católico.
Señaló que de alguna manera la Pasión de Cristo no ha terminado completamente, ya que considera que Él está sufriendo todavía hoy, en el enfermo, en el migrante, en el preso, en aquel que no tiene qué comer, en aquel que sufre la soledad, en el rechazado. Instó a los feligreses a ser más sensibles y dar la mano al que sufre.
“Cristo está en el hermano, está en la hermana, por eso nosotros, como cristianos, no podemos continuar con las mismas actitudes. Tenemos que ser más sensibles para dar la mano al hermano, para ayudar al que sufre, para vivir en comunión y en fraternidad. Esta Semana Santa tenemos que tratar de purificar ese corazón, esa conciencia, de tal manera que se configure más con nuestro redentor, Jesús”, añadió.
El obispo también invitó a los fieles a leer, meditar y reflexionar sobre el comportamiento de cada uno de
los personajes que aparecen en la Pasión y Muerte de Jesús.
Hacer un repaso
El párroco de Ayolas, presbítero Carlos Cárdenas
Cardozo, dijo que la Semana Santa o Semana Mayor es un tiempo en que cada uno, como bautizado e hijo de Dios, debe vivir repasando los acontecimientos de la Pasión, Muerte y Resurrección
de Jesucristo. Es para que seamos purificados y perdonados por esta gracia, porque tantas veces hemos desobedecido el mandato del amor de nuestro Dios, indicó.