Instan a proteger a los vulnerables para evitar recaída en la pobreza
Hay un riesgo latente de que las personas que dejaron de ser pobres recaigan en ella si no hay una política adecuada para atender las necesidades básicas, advierten economistas. Señalan que el nivel de ingresos no es precisamente la mejor manera de determ
En relación con los re- cientes resultados sobre pobreza monetaria dados a conocer por el Gobierno, economistas reflexionaron sobre esos datos en el contexto actual así como los desafíos para que la población que salió de la pobreza no vuelva a recaer en ella.
Al respecto, la economista Verónica Serafini en entrevista para la 1020 AM mencionó que la pobreza no debe ser observada solamente desde la perspectiva de lo monetario o de los ingresos y que esta condición de la población debe ser abordada desde varios frentes, como es el acceso a los servicios básicos de la salud, educación, seguridad social, vivienda digna, entre otros.
Por ejemplo, mencionó que un impacto de una enfermedad puede ser un tema muy complicado para la familia cuando no tiene seguro médico o acceso a salud pública adecuada, y a esto se suma que la persona pueda perder su trabajo, o sea, el ingreso fijo familiar. Muchas veces las familias se ven obligadas a vender sus viviendas, vehículos y otros activos para cubrir una situación de enfermedad a falta de un seguro médico o salud pública adecuada.
Entonces son riesgos que pueden condicionar a la per- sona que salió de la franja de la pobreza monetaria a recaer en ella, explicó la profesional.
“Tenemos que cuidar que no solo salgan de la pobreza, sino que se mantengan fuera de ella”, afirmó Serafini.
También refirió que es importante contar con políticas adecuadas de protección para los más vulnerables, resaltando la importancia de mantener a los adolescentes dentro del sistema educativo, garantizar el acceso a la salud y generación de empleo.
De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la pobreza monetaria total se redujo de 25,5% en el 2022 al 22,7% en el 2023, afectando a 1.330.822 personas en el último año; mientras que la pobreza extrema bajó del 6,1% al 4,9% afectando a 289.641 ciudadanos. Esta reducción se produjo en parte por los subsidios estatales a la población vulnerable, como las transferencias condicionadas al adulto mayor, Tekoporã y otros.
Según los datos, con estas transferencias y/o ayudas estatales se evitó que cerca de 34.000 personas cayeran en la pobreza extrema en la zona urbana y 56.000 personas en pobreza total.
En el campo la proporción fue mayor y se evitó que 76.000 personas cayeran en la pobreza extrema y cerca de 100.000 en la pobreza total.
Igualmente, la economista Ana Rojas resaltó la importancia de medir la pobreza desde distintos enfoques, incluyendo la línea de pobreza de ingresos y el índice de desarrollo humano, que considera aspectos como salud, educación y nivel de vida.
Rojas hizo hincapié en que la pobreza no se puede medir únicamente desde el enfoque monetario y que es preciso ampliar la observación a otros aspectos básicos para el desarrollo humano, que incluye la medición multidimensional que abarca el acceso a la vivienda digna, a servicios básicos de calidad, a seguridad social, a infraestructura, entre otros.