“Día de Europa”
La semana que pasó sirvió para el pretendiente a gobernador europeo de Paraguay, Javier García de Viedma, hiciera un discurso en el que intentó proyectar una imagen entre idílica y heroica de la Unión Europea, a la que responde.
Dijo que “el modelo social europeo es el mejor y más completo del mundo… porque… combina el crecimiento económico con la equidad y la libertad económica con la igualdad de oportunidades”. También que “la amistad entre Europa y Paraguay no solo se da por compartir valores como la democracia, el Estado del derecho, el respeto por los derechos humanos, la economía de mercado y el multilateralismo en las relaciones internacionales sino porque juntos enfrentan los desafíos globales”. Y que en “un mundo sin Europa, tendríamos un mundo más empobrecido, más inseguro, con más inestabilidad y más conflictos, un mundo menos libre, un mundo más sucio, contaminado y amenazado por el cambio climático”.
En Europa se han producido cosas de las mejores de la Humanidad: Atenas y su democracia; Epicuro, Aristóteles; Roma y su República; Venecia y la suya; el periodo isabelino en Inglaterra; Florencia y el Renacimiento; Lutero y la Reforma Protestante; Bach y Vivaldi; John Locke y la Gloriosa Revolución; Voltaire y la Revolución Francesa; Adam Smith, Jeremy Bentham, Stuart Mill y Hans Kelsen, Churchill enfrentando a la tiranía y el nacionalismo abierto de De Gaulle, por citar algunas maravillas.
Pero en Europa también se han producido las cosas peores de la Humanidad: Platón y su ideal totalitario; el Edicto de Tesalónica y su pensamiento único; Carlomagno y el corporativismo medieval; la Inquisición católica; las Cruzadas; la matanza de San Bartolomé; la encomienda española en América; Marx y Engels y los gulags de Stalin; Hitler y el Holocausto y Mussolini y su Estado Corporativo.
La Unión Europea de García de Viedma es prima hermana de esta Europa que produjo lo peor de la Humanidad: La desvergonzada preparación de la guerra de Ucrania (“los acuerdos de Minsk eran una trampa”, Angela Merkel), el restablecimiento pleno de la censura con la ley de servicios digitales, la hiperregulación corporativa (“Europa puede morir”, Emmanuel Macron), la persecución de cualquier disidencia (cancelación bancaria vía “riesgo reputacional”), Parlamento sin iniciativa legislativa, Ejecutivo omnipotente, dogma climático impuesto por edictos (“reglamentos”, actos legislativos del Ejecutivo que ni pasan por el Parlamento ornamental.
Y es, la Unión Europea, activa enemiga de aquella Europa que produjo lo mejor, a la que está destruyendo a paso firme.
Los cipayos paraguayos que obedecen a García de Viedma deberían aclarar si alguna de las cosas que estoy señalando es mentira, por favor. Si no lo hacen confirmarán que sirven a su amo a sabiendas, con plena conciencia, de lo que realmente es y de lo que realmente impulsa, que son abyectos cipayos y nada más.