Alergias alimentarias: mitos y verdades
Las alergias alimentarias se conocen como una reacción negativa de nuestro organismo ante el consumo de algún alimento en particular, que genera consecuencias complicadas en nuestro sistema inmunológico, desde pequeñas erupciones hasta reacciones alérgicas más graves. Los mitos y las verdades acerca de las alergias que provoca lo que consumimos son varios y la sugerencia que hacen los profesionales es que desde los primeros meses de nacimiento, el niño pruebe todo tipo de comidas, algo que a la larga lo terminará fortaleciendo de cara a una posible alergia en los próximos años. Al respecto, el doctor César Martín Bozzola, alergista del Hospital Británico de Buenos Aires, Argentina, expresó que “aunque una de cada tres personas creen que son alérgicas a algunos alimentos, la realidad de la alergia alimentaria es de solo un 2% en la población adulta. En la población infantil, la incidencia es superior al 3 y 7%, aunque la mayoría supera las alergias alimentarias antes de comenzar a ir al colegio”.
Doctor, ¿qué alimentos provocan alergias?
- Virtualmente, cualquier alimento puede provocar alergia, pero son ocho los responsables del 95% de las reacciones. Estos son: leche, huevo, trigo, soja, maní, pescados, frutos secos y mariscos.
¿Cuáles son los primeros síntomas de la alergia? ¿Es fácil reconocerlos?
- Los síntomas son variados y casi siempre comienzan a edades muy tempranas. En promedio, se inicia a partir de los cinco meses. Cada entidad se manifiesta de una manera particular; pueden ser ronchas, eccemas, broncoespasmos, rinitis, cólicos, deposiciones con sangre, molestias al tragar, mal progreso de peso, etcétera. Al ser tan variados, a veces es fácil reconocerlos y a veces no tanto.
¿Las reacciones alérgicas solo se producen cuando se ingiere el alimento?
- Sí, se dan por la ingesta. Pueden existir reacciones de contacto, pero en los niños son poco frecuentes y su interpretación es muy controvertida. Lo mismo por inhalación.
¿Un bebé puede ser alérgico a la leche materna?
- Hay descripciones de esto. Pero lo más frecuente es que niños que son alimentados a pecho tengan reacciones alérgicas a la leche que toma la mamá, que la concentra en su leche y se la transfiere al bebé. Esto es particularmente cierto para niños con deposiciones con sangre. No se ve tanto en casos de urticaria, anafilaxia o enterocolitis.
Si el bebé no quiere el biberón, ¿puede ser un síntoma de alergia?
- El rechazo al alimento puede ser un síntoma, pero no en forma aislada. Se tiene que acompañar de síntomas asociados: ronchas, cólicos, eccemas, etcétera.
¿La alergia puede ser hereditaria?
- La herencia en la alergia es una condición necesaria, pero no suficiente. Para que la alergia se exprese, se debe tener una predisposición genética, pero el ambiente debe crear un estímulo adecuado para que aparezcan síntomas. Nuestro sistema inmune tiende a tolerar alimentos con proteínas extrañas, por lo que la generación de alergias sucede cuando se rompe el equilibrio entre el sistema inmune y el ambiente que rodea al niño.
¿Es más alérgico el pescado blanco que el azul?
- No. El pescado blanco suele ser más tolerado. Los azules y grasosos tienen más cantidad de parvalbúmina, que es el alérgeno de este alimento. Pero cuando se es alérgico a un pescado, es muy común la reactividad cruzada entre ellos.
¿Cuándo se le quitará la alergia al niño?
- Según nuestras estadísticas, aproximadamente el 85% de los niños resuelven su alergia hacia la edad de tres años. Esto depen- de de la expresión clínica y del alimento en cuestión.
¿Las alergias alimentarias siempre se manifiestan en el primer contacto con el alimento alérgeno?
- A veces sí, si existió una sensibilización encubierta; y a veces se necesitan varios contactos. La leche, el huevo o el maní pueden dar síntomas de forma inmediata. En cambio, las frutas tardan años en provocar síntomas.
¿Es necesario diversificar precozmente la alimentación de los niños lactantes para evitarles futuras alergias alimentarias?
- Sin dudas. Se habla de un periodo ventana entre los cuatro y nueve meses de vida, en que el sistema inmune puede tolerar prácticamente cualquier cosa. Así se ha demostrado que la inclusión temprana de maní y de huevo limita la expresión de síntomas alérgicos. Cuantas más cosas pruebe el niño, es más probable que tolere alimentos y además sea un estímulo para desarrollar resistencia a alimentos que provocan alergias.