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FIN DE AÑO: ¿CÓMO AFRONTAR UN CICLO QUE SE CIERRA?

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Es temporada de fiestas, celebracio­nes y alegría, pero también de melancolía para algunos, y ese es un tema que tratamos con la sicóloga Olga Arce. Para la profesiona­l, esto le suele suceder con frecuencia a quienes viven en ciudades más urbanizada­s y llevan una lista de propósitos a realizar cada año, a personas sumamente ocupadas o aquellas que por alguna razón ajena a su voluntad se encuentran lejos de la familia. En síntesis, hablar de cerrar círculos, cumplir logros y pendientes constituye realmente un gran desafío en este siglo marcado por el ajetreo. Es así que cuando charlamos de cómo manejar el final de un año, con sus altibajos, de la mejor y más productiva manera, surgen muchos puntos para analizar. Los trataremos de la mano de la sicóloga Arce.

REFLEXIONA­R ES NECESARIO

Diciembre es naturalmen­te un mes festivo. Y dependiend­o de los acontecimi­entos transitado­s en el año, las personas lo celebramos o lo sufrimos. Pero independie­ntemente de las circunstan­cias, podemos decidir hacer lo uno o lo otro. Es por eso que hallar la dosis necesaria de positivism­o es una manera interesant­e de vivir intensamen­te, nos ayudará a planificar el nuevo año aun mejor. Vayamos por un momento hacia atrás y rememoremo­s algunas situacione­s vividas. Pero... esta vez evaluemos equilibrad­amente punto por punto:

1. Subiste de peso: seguro fue porque tuviste para comer y darte gustos. Animate, no siempre todos pueden disfrutar de los placeres de la vida.

2. Terminaste una relación: no decaigas, siempre que alguien se va de tu vida, debe ser por algo. Preparate para un futuro mejor. 3. Cambiaste de trabajo: recordá que la rutina nos daña. Conocer nuevas personas y afrontar otros desafíos es una forma de vitalizar y avanzar.

4. Tuviste alguna dificultad aca

démica: no te dejes vencer, mirá hacia delante. Esta es una oportunida­d para aprender más y mejor.

RENOVAR LA MANERA DE PENSAR

Mirar la vida con detenimien­to nos hace darnos cuenta de cuán importante es incluso la suma de los errores. Intentá sacarle lo mejor a cada instante y sonreí a la vida. Las fechas de fin de año traen consigo la reflexión sobre lo que hemos hecho, y casi siempre queda el sabor amargo de haber podido hacer las cosas distintas y de mejor manera. Pero no podés ni debés permitirte estancarte en el punto medio entre el pasado y el presente.

IDEAS PARA CAMBIAR

A continuaci­ón te presentamo­s algunas ideas para recuperar el tiempo perdido y, aun más, aprovechar el presente:

EN LO PERSONAL

Arreglate, ponete esa ropa y ese calzado que tanto te gustan. No los guardes. Disfrutalo­s y haceles saber a otros lo que te gusta sin importar fechas o días especiales. ¡El mejor día para vivir es hoy!

Hacé ejercicio, leé, mirá las noticias, escuchá música, ya que tanto el cuerpo como la mente necesitan estar activos para generar energía. Mantenete en movimiento, que la vida es un constante ir y venir. Comé rico pero cuidando tu alimentaci­ón, no olvides que tu salud depende de lo que ingerís tanto física como espiritual­mente.

Dejá fluir, permití que los círculos cierren, que las personas que quieran irse de tu vida lo hagan. Abrite a nuevas amistades, conocé personas que te permitan ser libre; ante todo, sé vos mismo.

Rodeate de la gente que estimás y que también te estima, no hay nada que inyecte mayor energía que dar y recibir cariño. Abrazá, da amor, demostrá afecto y tené buen sexo, eso también ayuda.

CON LOS HIJOS

No olvides que aunque los hayas engendrado vos, son hijos de la vida. Dales cariño, pero no les quites protagonis­mo; dejalos probar y errar porque vos no sos eterno. Regalales tiempo, es lo que más precisan de vos. Date espacios para compartir con cada uno de ellos. ¡Nunca lo olvidarán!

CON TUS PADRES

Da aquello que recibiste en la vida. Tus padres te dieron muchas cosas. Visitalos, mimalos y, si hace falta, perdonalos. Levantá el teléfono y llamalos. Deciles que les agradecés lo que hicieron por vos. Ninguna flor ni ningún cirio prendido serán válidos cuando ya no tengan la posibilida­d de saber qué son para ellos.

EN LO LABORAL

Hacé lo que tengas que hacer, ayudá, sé cortés. La amabilidad conquista y permite mejores relaciones con las personas. No tenés idea de las cargas ajenas ni ellas de las tuyas, así que tratá como correspond­e y verás que las horas de trabajo pasan volando. Sonreí con frecuencia, saludá, tené sobre la mesa de trabajo una planta que alegre tu vista y tu corazón. Llevá la foto de las personas que amás para impulsarte y estimular tus días laborales. Sonará cursi pero ayuda.

CON TUS AMIGOS

Hacé cosas que te agraden al menos una vez al mes. Disfrutá de una buena película, tomate un vaso de vino, date la oportunida­d de compartir aquello que tenés en el corazón. Expresá con frecuencia el aprecio y cariño que les tenés a tus amigos, son los hermanos elegidos. Sé prudente y rodeate de gente que te permita ser mejor.

EN LO ECONÓMICO

Mucha atención, pues es momento de pensar en el futuro. Siempre que puedas, ahorrá; por más poquito que sea, ahorrá. No permitas que se aprovechen de vos, ni hagas lo mismo con los demás. Lo que prestamos, devolvamos, y si hemos prestado, es justo que nos devuelvan. Mantenete atento a la frase: “Mañana te devuelvo”. Si no hay hoy, menos habrá mañana.

ORGANIZAMO­S EL ALMA

Si este año fue especialme­nte sensible o atravesast­e momentos de reorganiza­ción emocional, no estaría de más que te esforzaras por tener en cuenta estos puntos:

1. Planeá algo distinto, buscá algún familiar o amigo para pasar las fiestas. No te quedes solo o sola en casa.

2. Comprate algo bonito, una ropa, un calzado, un libro, algo que te haga sentir que te diste un gustito pero del bueno, porque al primero al que debés mimar es a vos mismo.

3. Buscá ayuda si estás atravesand­o por una situación que sobrepasa tus fuerzas y entendimie­nto. No estará de más el apoyo y la contención. No hay nada que no se solucione con un café y una buena charla.

4. Cuidado con las deudas. Comprá aquello que puedas pagar y pagá de acuerdo a lo que ganás. Que te reste lo suficiente para vivir dentro del margen del “vamos todavía que se puede”.

5. Tomá una agenda y trazate 10 metas personales a mediano y corto plazo, algo que quieras hacer antes de llegar al fin del 2017. ¡Hacelas! Planear y soñar forman parte del paisaje.

6. Conversá íntimament­e con Dios. La oración y el reconocer que Él es dueño de nuestra vida produce un efecto reparador impresiona­nte. Con el permiso de quienes piensen distinto, podés probar conocer a Dios, eso sin duda te ayudará. Ante todo, no pierdas la fe. Si hubo circunstan­cias, personas o situacione­s que te hicieron tambalear este año, recordá que no existen casualidad­es, solo causalidad­es. Vos merecés ser feliz y depende solamente de vos elegir ir tras sus sueños. El escritor Facundo Cabral dijo: “No estás deprimido, estás distraído”. Y es así, mirá alrededor, date cuenta de que hay demasiados motivos para agradecerl­e a Dios por un año más. Feliz fin de año y un mejor 2017.

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Lic. Olga Arce Sicóloga
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