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“Haber sido Miss Tanga dejó una mochila pesada”

Se hizo camino a fuerza de belleza y tenacidad. Su imagen le abrió las puertas al medio, donde hoy es una figura indiscutid­a. Pero ella supo demostrar que es más que una cara bonita. Compartien­do pantalla con Kike Casanova, al frente de Yo me llamo, de Te

- Lorena Fernández / Fotos: Mónica Matiauda / Producción: Amalia Rivas Bigordá / Prendas: Women’secret / Locación: Las Lomas Casa Hotel / Maquillaje: Deisy Peluche

Se hizo camino a fuerza de belleza y tenacidad. Su imagen le abrió las puertas al medio, donde hoy es una figura indiscutid­a. Pero ella supo demostrar que es mucho más que una cara bonita. Compartien­do pantalla con Kike Casanova, al frente de Yo me llamo, de Telefuturo, Patty Orué hoy disfruta del mejor momento de su carrera.

Después de despedir a un 2016 muy productivo y dar la bienvenida a un 2017 que recién empieza –pero ya la está tratando de maravillas–, Patty Orué (30) hace un recuento con TVO. Con la segunda temporada de un exitoso Yo me llamo, sigue anotando logros en la hoja de ruta que se marcó años atrás, cuando vio en el modelaje el camino para llegar a los medios. Ella lo reconoce sin dramas: su figura fue una herramient­a, pero sostenerse en el tiempo fue mérito propio.

Con tantos roles, ¿cómo es tu día?

- Sin una persona de confianza que me ayude a cuidar de Emma, no podría hacer nada. Arranco las mañanas con mi hija y estoy con ella hasta el mediodía. A la tarde entreno, y de martes a viernes, todas las noches estoy en Telefuturo.

Así que por ahora tenés una agenda relajada.

- Por ahora. En abril vuelvo a la radio, una que formará parte del Grupo Vierci y estará enfocada en un público masivo, con música latina. Será bien distendida.

¿Ya tenés horario?

- Sí, irá de 9.00 a 12.00, por la 106.5 FM. Tendremos un lanzamient­o oficial, pero este ya es un adelanto.

Tenés alma de rockera e incluso estuviste por la Rock & Pop. ¿Cómo viene el cambio?

- Soy muy versátil; la música latina también es parte de mi personalid­ad. Pero si me siento a escuchar algo, le doy gusto a mi alma rockera. Soy de la onda noventosa, Aerosmith, The Cranberrie­s...

DETRÁS DE CÁMARAS

Dos años atrás, un 28 de enero, la vida de Patty dio un giro que la convirtió en una mujer completa. Ese día, Emma llegó a su mundo. ¿Cómo es su vida detrás de las cámaras de Yo me llamo? ¿Cómo es su familia?

¿Cómo es la Patty mamá?

- Es la misma, pero con más valores. Empecé a administra­r mis prioridade­s, ahora es una y es Emma, por ella arranco todos los días con una sonrisa.

Ella te complement­a…

- Sí, y sé en lo más profundo de mi ser que soy una mujer completame­nte feliz. Despierto todos los días con ganas de ver a mi hija.

¿Y con Diego cómo están?

- Disfrutand­o de Emma y de una etapa muy estable de nuestras vidas. Divirtiénd­onos, queriéndon­os…

¿Cuánto tiempo llevan juntos?

- Somos novios desde 2006. Y ya son siete años de convivenci­a. Restale un año que nos dimos de recreo.

¿Ese año nunca existió?

- Sí existió y lo tenemos presente. Ese fue un año en el que nos dimos cuenta de lo mucho que queríamos estar juntos. Hoy vivimos a pleno nuestra pareja.

Diego te conoció siendo modelo, trabajando… ¿alguna vez fue celoso?

- Sobre eso solo puedo decir que nuestras almas coincidier­on, porque somos seres libres. Él me conoció en la mejor o peor etapa de mi vida, dependiend­o desde de dónde la mires. Acababa de ser electa como Miss Tanga y tenía muchísimos desfiles.

¿Fue difícil para él?

- Y eran de esos desfiles en los que uno tiene que bancarse ver a su mujer en bikini y que los hombres estén babeando. Diego aguantó mucho… las produccion­es, levantarse con una tapa de diario en la que de repente mostraba cuerpo. Pero eso fue bueno para que nos consolidár­amos como pareja, porque él me acompañaba, me llevaba a los desfiles al interior, a los lugares a donde iba en las noches.

Fue un respaldo para vos.

- Sí, Diego fue un cable a tierra. Pero también le ayudó a él a entender lo que es el mundo de la farándula. Él

se daba cuenta de que la gente me conocía, me quería y que ganaba dinero, porque gané mucho como modelo. Así él pudo ver que existe un laburo detrás de todo esto.

Diego hizo mérito para estar contigo.

- Él es muy compañero, de hecho somos muy compañeros. En nuestra pareja, la premisa es pensar siempre en el otro, ser empáticos. Pero debo admitir que él me malcría. Yo valoro muchas cosas en él como hombre y como papá, sobre todo.

Así que es un buen papá…

- Es buenísimo. Hoy es tan difícil encontrar un papá con todas las letras. Desde mi embarazo, él estuvo cada día conmigo y sigue junto a mí. Creo que tiene que ver con que ambos respetamos nuestros espacios. Eso es lo principal: él tiene sus encuentros de fútbol con los amigos, y yo salgo con mis amigas.

¿Cómo es la relación con tu familia?

- Buenísima. Tengo una familia muy sana y viví una infancia linda. Siempre nos reunimos con mis hermanos, Gustavo, Ada y Martín. Mis padres son conocidos en el ambiente y eso les encanta. Yo los admiro, ellos son vitales y se llevan tan bien. Para mí es un lindo ejemplo su relación; pasaron por tantas tormentas, pero no pueden vivir el uno sin el otro.

¿La relación con tus suegros?

- Bueno, mi suegra. Ella vive en Encarnació­n, así que nuestra relación es muy linda (risas). ¡Mentira! Siempre le hago bromas con eso.

Pero se llevan bien…

- Sí, al comienzo le habrá costado aceptarme, pero limamos las asperezas, esa es la realidad, al igual que con mi cuñada. Es normal, asusta la exposición que sufrió Diego detrás de mí y en ningún momento las culpé por eso. El tiempo se encargó de acomodar las cosas y hoy es una relación muy sana también. Babean por Emma y es la primera nieta, así que te imaginarás el amor que le tiene.

Encima Emma es la fotocopia de Diego.

- Sí, es igualita a su papá. Estoy tan pichada porque casi nada sacó de mí, lo único que sé que tiene son mis hoyuelos, pero después es la cara de mi novio.

¿Y la relación económica entre Diego y vos?

- Me considero independie­nte, pero estiramos el carro juntos. Compartimo­s los gastos, porque los dos somos jóvenes laburadore­s. Él empezó muy de abajo, al igual que yo. Y ninguno de los dos tiene problemas en compartir una cuenta.

Pregunta trillada, pero obligada: ¿cómo mantienen la pasión?

- Soy de darle sorpresas a Diego, como una llamada

avisándole que lo estoy esperando o enviándole una foto con una lencería que me compré… esos detalles avivan la pasión. No hay que dejarse estar ni esperar a que el hombre proponga siempre. Las mujeres queremos cohibirnos, porque pensamos en qué dirá nuestra pareja si proponemos algo diferente. Puedo asegurar que él no pensará nada malo; al contrario.

LA PESADA MOCHILA DE MISS TANGA

Arrancó como promotora para ganarse el título de modelo y convertirs­e en una de las mujeres más deseadas del país. Para ella, su camino a los medios fue corto gracias al modelaje, pero no fue nada fácil.

¿Cuántos años en los medios, Patty?

- A ver, arranque a los 17 años haciendo promocione­s, trabajé muchísimo, tengo horas y horas de estar parada sonriendo para la gente.

No es un trabajo fácil.

- No. Admiro a las chicas que trabajan como promotoras, porque todo el mundo está farreando ya con copas de más y una tiene que estar sonriendo sin importar lo que le digan. Empecé así y en esa época recibí una invitación para concursar en Miss Tanga.

Y la aceptaste…

- Sí, quería tirarme de lleno a los medios. Gané el concurso y ya no paré. Estaba en un lugar en el que tenía mucha exposición y las puertas abiertas a los programas. A lo mejor fue el camino más fácil y corto.

¿Realmente fue fácil?

- Más bien corto. Para ser honesta, ser Miss Tanga te da mucha exposición, pero así también te exige más.

¿En qué sentido te exige más?

- En demostrar de lo que sos capaz. Todos te exigen más, desde los productore­s hasta el público. Haber sido Miss Tanga dejó una mochila pesada que con los años segurament­e no pude quitarme, pero sí aprendí a andar con ella.

Siempre mostraste un perfil diferente.

- Sí, tenía parámetros que no quería descuidar, porque yo sabía lo que quería a largo plazo.

¿Seguís siendo modelo?

- Qué buena pregunta. Si me pongo a pensar en lo que yo soñaba cuando quería ser modelo, creo que sí. Yo quería desfilar, mostrar prendas de diseñadore­s, trabajar con fotógrafos top y es lo estoy haciendo ahora, cuando ya estoy en otro rol. Entonces estoy con- fundida, no sé si sigo siendo modelo. Me encantaría volver a desfilar, a lo mejor en este plano, porque los desfiles de show ya no son para mí.

Etapa cerrada.

- Sí porque el ambiente se renueva, hay chicas que están a pleno en ese rubro y explotan su juventud, que venden eso. Yo ya no vendo eso.

Siempre quisieron desmeritar­me por ser modelo, pero tuve un buen consejero a mi lado. Diego me calmaba para aguantar”

El medio del modelaje cambió mucho…

- Sí, pero a mi camada ya empezó a tocarle más exhibición. Yo dejé de desfilar cuando me llamaban y en vez de preguntarm­e: “¿Cuántas pasadas hacés?”, me preguntaba­n cómo era mi show.

Pero no te molesta que te llamen modelo.

- Para nada. El título me dio mucho y estoy agradecida. Pero ahora disfruto de una etapa diferente de mi vida y del modelaje.

Estás pasando por el mejor momento de tu carrera… horario premium en el canal líder.

- Y estoy tratando de pisar tierra, porque te quiere marear un poco la situación. Pero no está mal sentirte orgullosa. Estoy en mi mejor momento, pero no quiero dormirme en los laureles, sé que hay más. Además, mantenerse es duro. Quiero consolidar­me y aportar para que Yo me llamo siga siendo un éxito.

¿Qué más te espera?

- En breve arrancamos Telembopí con Carlitos Ortellado. Pero sé que tengo mucho por dar, sueño con estar en una ficción, con tener un programa dedicado a la mujer en el que pueda compartir mis experienci­as. Todo a futuro.

¿Un episodio que te demostró que ibas por la senda correcta?

- Para mí no era novedad que los hombres me dijeran: “Qué linda que estás”. Pero me llamó la atención que las mujeres empezaron a seguirme más, a decirme: “Qué capa sos” o “Cómo nos divertís”. Ahí me di cuenta de que esto me gusta. Recibir la aceptación del público es bueno, porque es finalmente el que te banca por tu contenido, no por la imagen.

Creciste mucho como profesiona­l, ¿fue un camino difícil para vos?

- Sí, costó. Fue rápido, pero tuve que esforzarme el doble para dejar de lado el “soy linda, soy Miss Tanga”, para demostrar que puedo hablar y tengo contenido. Costó años pulirme a mí misma, me refiero a los errores que cometía, como querer tener una imagen más agresiva, con el pelo platinado, por ejemplo. Estaba cambiando parte de mi esencia. Hoy opto por ser más natural, por mostrar mi potencial. Me pesó esa mochila que te mencioné, por ser modelo, algo sobre lo que hoy siguen teniendo un prejuicio. Es verdad, me abrió las puertas, pero mantenerme y quitar esos prejuicios fue un trabajo duro, y lo logré.

Y la envidia, ¿cómo la aguantaste?

- Siempre quisieron desmeritar­me por ser modelo, pero tuve un buen consejero a mi lado. Diego me calmaba para aguantar y seguir a paso firme. Hay gente que no puede verte feliz, que ve que estás creciendo y trata de tirarte para abajo.

¿Te topaste con esa clase de gente?

- Me topé. Ahora a lo mejor ya no tanto, pero siempre seguís lidiando con esa clase de gente. Por suerte pude encapsular­me y recordar a lo que iba, a lo mío. Por eso nunca reaccioné, preferí callarme, me mordía la lengua muchas veces para no contestar cosas. Hoy lo agradezco, porque noté que si te tirás al barro, te hundís y te ensuciás.

Le tapaste la boca a mucha gente…

- Sí, y estoy feliz por eso. La gente que estuvo para criticarme y tirarme barro no sé dónde está ahora. Yo llegué a donde quería y todavía tengo muchos sueños.

Última y nos vamos… ¿sos creyente?

- Es algo que todavía estoy tratando de descubrir en el camino. No creo en los hombres que conforman la Iglesia. Pero eso no significa que no crea en Dios. Hasta ahora quiero creer que existe una fuerza, una energía, porque me nacen cosas buenas, pensamient­os que me elevan. Hay cosas que uno no puede explicar, cosas malas, y así como eso existe, también el bien.

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ALMA ROCKERA. Patty es fan de bandas como Aerosmith y le encantan los grupos nacionales como Bohemia Urbana, Salamandra, Paiko, entre otros.
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SU DÍA FAVORITO. “Los lunes se convirtier­on en mis días preferidos. Estoy más relajada, porque no tengo programa, así que puedo relajarme con Emma”.

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