“La crónica es la excusa para vivir algo más”
El escritor y periodista argentino estuvo en Arequipa en el Hay Festival. Ha escrito perfiles, cuentos, novelas y obras de teatro. La libertad lo motiva a escribir crónicas de viajes.
Federico Bianchini es un periodista y cronista de viajes argentino que estuvo muy cerca de ser ingeniero. Se dio cuenta a tiempo, en el segundo año de la carrera: su pasión era escribir y crear personajes para la ficción. Un día se encontró con un anciano en una piscina; escribió en un blog sobre ese encuentro y tiempo después ganó el premio “Las nuevas plumas” de la Escuela de Periodismo Portátil. Ese anciano era el escritor argentino Rodolfo Enrique Fogwill. “Entré en la crónica por esa casualidad. En ese momento no tenía muy claro qué era un perfil”.
Hace una semana, mirando la ventana de su habitación en su hotel en Arequipa, me contó que se siente maravillado con el Misti, que está entusiasmado de estar en la Ciudad Blanca y que vino de Argentina para ser parte de un taller de periodismo narrativo y de crónicas de viajes en el Hay Festival. Según el autor de “Antártida, 25 días encerrado en el hielo” (Tusquets, 2016), el periodismo fue la excusa perfecta para ir al continente blanco pensando que tenía que escribir un libro, aunque en realidad lo que quería era conocer el lugar más austral de la Tierra. “El periodismo es una capa que te permite hacer ciertas cosas. A mí lo que me interesaba era estar ahí. Después, cuando volví, me fui a Brasil a cubrir el mundial y el libro de la Antártida quedó atrás y las 50 horas de grabación que tenía estaban olvidadas en varios MP3”. El destino siguió conspirando. A su regreso a Argentina escribió un libro de crónicas sobre su viaje a la Antártida y ganó la Beca Michael Jacobs de la Fundación Gabriel García Márquez, en 2016. Años después por la adaptación teatral que hizo del mismo texto recibió el “Premio estímulo a la creación y la producción de artes escénicas” en Buenos Aires.
En nuestro encuentro virtual, le consulto si escribir crónicas es rentable y con una sonrisa tímida evoca una gran carcajada y contesta que definitivamente “no”.
“Hay algo que siempre le digo a mis alumnos- Cuando escriban una crónica, traten de encontrar algo que los apasione, que la crónica sea la excusa para conocer a alguien, viajar a ese lugar, entender cierta cuestión”. Tocando su barbilla y abstrayéndose, también me dice que viajar a la Antártida fue la excusa que se transformó. “Hay que aprovechar el azar”, afirma porque una de las potencias de la no ficción es el momento. “Lo que puede diferenciar tu texto del texto de otra persona, más allá de tu talento y tu trayectoria, es tu experiencia. Lo que ocurre en ese lugar, en ese momento, no va a volver a ocurrir porque se da allí”. Es lo que piensa.
Antes de escribir para el periódico argentino Clarín, hizo entrevistas a escritores y otros personajes. Cierto día le proponen viajar y hacer historias sobre deportes extremos. No era su tópico, pero la aventura lo motivó y aceptó el reto que posteriormente lo llevo a publicar sus libros de crónicas “Desafiar al cuerpo” (2014) y “Cuerpos al límite” (2017), ambos de la editorial Aguilar. “La buena crónica, sea de viaje o no, te permite conocer una historia mínima, una experiencia personal e individual que quizás no tiene tanta relación con otras. Pero a mí me interesan los textos por lo distinto al resto, no por lo que tienen en común”. Le pregunto a qué escritores de crónica recomendaría y se siente comprometido. Habla de Truman Capote y Rodolfo Walsh. Según Bianchini, “cuando uno se pone a decir nombres piensas por qué no decís estos otros” y menciona a Leila Guerriero, a Martín Caparrós, pero me dice hay un montón de nombres más. Lo interrumpo para saber si leyó a Julio Villanueva Chang. Responde entre entusiasmado y ruborizado: “¡Claro que he leído a Julio! Lo conozco, soy muy amigo de él y por ejemplo ahora quedaría pésimo por no haberlo nombrado (ríe). Sus perfiles son una auténtica maravilla, su edición y sus comentarios a los textos también. Por eso es que trato de no mencionar gente porque uno termina quedando mal”. Y con ello recuerda al escritor argentino Abelardo Castillo. Lo describe como un gran escritor y su maestro. Él siempre le decía que lo interesante es la familia de los escritores. Entonces...
“(...) Tenés que saber qué escritores les gusta a los escritores que a vos te gustan”. Bianchini siente algo por la crónica, pero no tiene una preferencia exclusiva por este género. Acaba de editar una novela corta y se encuentra escribiendo una novela más extensa. Le interesa la ficción y la crónica le divierte mucho.
FEDERICO BIANCHINI PERIODISTA Y ESCRITOR
Nació en 1982 en Buenos Aires, Argentina. Trabajó como redactor en Clarín y como editor de la revista Anfibia. En 2010 ganó el premio Nuevas Plumas por su texto “El hombre que nada”, un perfil sobre Fogwill.
La crónica toma de la literatura la duda, el permitir decir no sé. Si uno no sabe algo, por qué tiene que aparentar que sabe”