Los retos del autismo en la educación
» Un trabajo multidisciplinario de los profesores y los padres lograrán que los niños interactúen correctamente
Un alumno con TEA no buscará relacionarse con sus iguales; y, si lo hace, su manera de interactuar puede ser inapropiada. Ambas situaciones podrían conllevar al aislamiento y el acoso en el aula de dicho alumno.
Por ello, en estas semanas de vuelta a las clases, la inclusión educativa y social del alumno autista en las diferentes estadios formativos requiere del docente conocimientos específicos en Educación Especial que le permitirán cubrir las necesidades especiales del niño, desarrollar actividades enriquecedoras y trabajar en sintonía con el equipo experto. Otras características del niño autista, que interfieren en la inclusión dentro del aula, es la presentación de patrones de pensamiento y movimientos repetitivos ( balanceo, cerrar y abrir puertas…), una hiperreactividad ante ciertos estímulos, la dificultad para la comprensión del lenguaje simbólico o para empatizar.
Al respecto, el Dr. Miguel Ampuero aconseja que para los estudiantes la intervención debe consistir en “trabajo multidisciplinario”, que incluye a sus padres, profesores y profesionales que interactúan con él, como el psicólogo y los terapeutas.
APOYO Y CONSEJOS. importante que durante el primer mes de clases, los profesores, el psicólogo y los terapeutas que interactúan con el niño
Es
6
6 mil estudiantes con TEA ya iniciaron la inclusión escolar, según el Minedu
deben realizar una evaluación de las habilidades, necesidades y barreras que puede tener el alumno con autismo para determinar los objetivos que deben seguir para facilitar el aprendizaje del alumno, como son las terapias de lenguaje y ocupacional. Además, los padres deben comunicarse de manera frecuente con los maestros y profesionales que tratan al niño. Ellos, no solo deben informar, sino servir como medio de capacitación a los padres para promover la continuidad del servicio fuera de la escuela. En la evaluación se debe establecer si el niño necesitará de un auxiliar o de una “maestra sombra” que pueda apoyar al escolar en su aprendizaje, y asistir al maestro en la diferenciación de la enseñanza a beneficio del estudiante, mediante el uso de “metodologías con evidencias” que aceleran el aprendizaje; por ejemplo, el uso de los reforzamientos positivos. El escolar debe adquirir habilidades básicas para poder comunicarse y demostrar lo aprendido en diversos entornos, para ello la intervención educativa –a través de la enseñanza y las terapias- debe ser enfocada en el desarrollo comunicativo, social y de lenguaje funcional.