Educación: pieza clave para construir acuerdos sociales
Estamos viviendo uno de los momentos más retadores, no solo por la coyuntura generada por la pandemia, que ha evidenciado las enormes brechas sociales y económicas, sino también por el momento de movilizaciones ciudadanas que demandan cambios estructurales. Transformar nuestra sociedad y generar desarrollo, disminuyendo así las desigualdades y la pobreza, es la gran necesidad que tenemos como país.
En este reto la educación es, sin duda, una herramienta fundamental. Pero no solo la permanencia en el sistema escolar es un desafío, también lo son la competenciaylapertinenciaeducativa.Estamos parados frente a nuevas modalidades de aprendizaje, empleo, autoempleo, uso de plataformas digitales. ¿Qué hacer?
Como no podemos evitar la tecnología, la única respuesta es invertir hoy más que ayer en las personas. Es claro que el problema no está en el título, sino en la competencia que está detrás de él. Además, l a gl obali z ación impone la necesidad de aprender constantemente.
En este camino de aportar soluciones a la construcción de un ecosistema educativo que impulse el bienestar, contenga la pobreza y aporte al desarrollo del país, desde la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar, en alianza con Santillana, organizamos el primer Festival de Educación, que se centró en tres pilares estratégicos.
El primero, humanizar la educación y valorar la diversidad. La invitación es a valorar las diferencias. Debemos ser empáticos, simpáticos y compasivos. El segundo pilar le apuesta a explorar nuevos espacios, nuevas metodologías y herramientas tecnológicas para garantizar la educación para toda la vida. Y el tercer pilar: potenciar los talentos e impulsar una educación que permita construir proyectos de vida en armonía con la búsqueda del bienestar y la felicidad.
Se deben cultivar la imaginación, la libertad y la alegría en los procesos educativos. Como lo ha resaltado la filósofa Martha Nussbaum, las emociones también son determinantes en la deliberación moral y democrática, al aumentar las posibilidades de aprender y construir un pensamiento crítico. De allí la importancia de que las humanidades y las artes sean parte de esta conversación, porque, parafraseando a Nussbaum, las capacidades humanas nos permitirán ser más que máquinas útiles, para transformarnos en ciudadanos completos que puedan pensar por sí mismos, criticar la tradición y comprender el significado de los sufrimientos y los logros de otra persona. Habilidades necesarias para mantener viva la democracia.
En ese sentido, las cajas de compensación estamos listas para seguir, desde la educación integral, aportando en este frente de transformación y cambio.
–Glosado y editado–