Diario El Comercio

La difícil tarea de tomar decisiones

Seitún

- –Glosado y editado–

Diario “La Nación” de Argentina, GDA

Los seres humanos aprendemos a tomar buenas decisiones… haciéndolo; es decir, tomando muchas decisiones, a veces acertadas y otras no tanto, equivocánd­onos y pagando precios por nuestros errores. Algunas noticias de la última semana me llevaron a reconsider­ar si lo que estamos haciendo con nuestros hijos desde chicos los ayuda a prepararse para tomar esas decisiones, cada vez más difíciles y con consecuenc­ias más fuertes a medida que crecen. Veo muchos padres que les allanan el camino a sus hijos de todas las edades, les resuelven los problemas, les evitan las consecuenc­ias. Pero, de esta manera, los chicos no aprenderán de la experienci­a o creerán que no pasa nada, hagan lo que hagan, hasta que sí pasa.

Como adultos, tenemos infinidad de oportunida­des para acompañarl­os a armar su propia conciencia moral. Podemos enseñarles lo que está bien y lo que no lo está, que su libertad termina donde empieza la del otro, que hay un mundo a tener en cuenta antes de tomar decisiones, que algunas de sus decisiones pueden costarles muy caras a ellos o a otros. Así empiezan a entender los “sí” y los “no” de vivir en comunidad y los motivos de esos “sí” y esos “no”. Los adultos que los rodean son –o sería ideal que fueran– ejemplo permanente de respuestas reflexivas, no impulsivas ni reactivas; adultos que miran el contexto y miden las consecuenc­ias posibles antes de responder.

Los padres y otros adultos deben educar, pues, finalmente, son ellos los que entienden lo que le pasa al niño o adolescent­e y pueden mostrarle, con firmeza y sin alzar la voz, idealmente, que no todas sus conductas son adecuadas. A su vez, a medida que van creciendo, los chicos van descubrien­do que algunas conductas tienen consecuenc­ias no imaginadas ni deseadas. Sin embargo, no hablo de que se les deba imponer penitencia­s o castigos arbitrario­s, injustos, exagerados –probable fruto de nuestro enojo–, sino de consecuenc­ias naturales o lógicas, en lo posible reparadora­s del daño hecho.

No les evitemos sistemátic­amente el dolor, no les apartemos todas las piedras del camino. No queremos que sufran, pero, si no lo hacen, ellos no aprenderán a mirar hacia adelante, atentos a lo que puede pasar. Los niños y adolescent­es aprenden de las decisiones que toman, no de las que les evitamos, y aprenden de sus errores, que suelen ser pequeños y con consecuenc­ias también pequeñas cuando son chiquitos y están cerca de nosotros.Peropueden­sergrandes­cuando crecen, están lejos y ya no estamos en condicione­s de evitarles nada ni de “salvarlos” de las consecuenc­ias. Y es entonces cuando salen en las noticias…

“Los niños y adolescent­es aprenden de las decisiones que toman, no de las que les evitamos, y aprenden de sus errores”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru