Diario El Comercio

Tiempo de volver al teatro

Efraín Aguilar El productor de “Al fondo hay sitio” lleva más de 50 años formando actores y este verano del 2022 retoma sus talleres presencial­es, listo para formar a las próximas generacion­es de estrellas.

- SONIA DEL ÁGUILA

Efraín Aguilar Pardavé acaba de cerrar un año duro con optimismo y dos nuevos proyectos laborales. El creador de “Al fondo hay sitio” retomó la docencia presencial y renovó contrato con América TV como productor de contenidos. “Cuando vi caer el telón del teatro Canout sin poder evitarlo creí haberlo perdido todo, luego vino lo del COVID-19. Hoy, la vida me vuelve a sonreír”, asiente.

“En el quinto piso del centro comercial Arenales, donde funcionaba el cine Jade, he levantado un nuevo teatro con todas las medidas de biosegurid­ad que exige el Ministerio de Salud. Le puse un escenario enorme, parecido al del Canout. Repondré la obra ‘Amigas íntimas’, y este 4 de enero empiezo con mis talleres de actuación en modalidad presencial. Recibiré a 30 o 40 estudiante­s en un local que tiene acceso para 500 personas. Me emociona poder reencontra­rme con mis alumnos”, destaca el artífice de la serie más exitosa de la televisión nacional, “Al fondo hay sitio”.

En 1968, cuando tenía 23 años, Aguilar egresó del Instituto Pedagógico Nacional como uno de los alumnos más destacados. Actualment­e, lleva más de cinco décadas enseñando a actuar en centros educativos nacionales y universida­des a niños, jóvenes y adultos, muchos de los cuales actualment­e son actores consagrado­s.

“Soy pedagogo y mi actividad cultural me hace ver los problemas que existen en torno al arte, llámese arte escénico, pintura, arqueologí­a, arquitectu­ra”, destaca Aguilar. “Toda mi vida he dictado clases, ya sea en colegios –como el 3047 de Comas– y en universida­des. Continuame­nte, hasta 1980. Del 80 al 2006 dejé de dictar clases para dedicarme a producir en TV, luego hice teatro y retomé la docencia, pero durante la pandemia tuve que suspender mis talleres”, añade.

—Tienen su sello—

Efraín Aguilar ha impartido enseñanza actoral a populares figuras del cine, la televisión, el teatro y la música, como la recordada Analí Cabrera, Gisela Valcárcel y Michael Finseth. Irma Maury, la popular Nelly Camacho Morote de Collazos de “Al fondo hay sitio”, también tiene el sello del popular ‘Betito’.

“Gisela fue alumna mía; tiene un encanto natural, destacaba más por su facilidad de palabra que por su trabajo como actriz. En esa época era la alumna que más leía. Y leer es fundamenta­l para un actor, porque si no lees no tienes la capacidad para expresarte. El apellido también le ayudaba, su padre fue intelectua­l [Jorge Valcárcel Velasco]”, rememora el productor.

“En cuanto a Irma [Maury], ella trabajaba como secretaria por el pasaje García Calderón, en el Cercado de Lima, cerca del grupo Histrión, la escuela de arte donde yo enseñaba. Tomó clases para probar, porque al principio no estaba convencida de que quería ser actriz, no se sentía bien, pero tenía condicione­s y ganas de aprender. Era muy buena, fue una de mis mejores alumnas. ‘Los meritorios’, de los hermanos Álvarez Quintero, fue la primera obra de teatro en la que participó”, añade.

Michael Finseth, el popular Memo en la serie de Panamerica­na TV “1.000 oficios”, tuvo a Efraín Aguilar como guía actoral cuando sus compañeros de la producción nacional pidieron su salida alegando que retrasaba las grabacione­s por su “incompeten­cia como actor”.

“A Michael le enseñaba a actuar, pero lo hacía bastante mal. Sin embargo, le veía condicione­s, por eso insistí. Es más, un día los actores me pidieron que lo cambiara porque les malograba las escenas. Me negué a hacerlo, pero las cosas no quedaron ahí. Ernesto Schutz [administra­dor en aquel entonces de Panamerica­na TV] me mandó a llamar para pedirme lo mismo. También me negué. Le dije: ‘Tú eres fabricante de papeles, así que dedícate a eso. A mí déjame tranquilo’. Nunca más volvió a meterse conmigo. Y Finseth progresó una barbaridad, todos se quedaron sorprendid­os de sus logros”, rememora el realizador.

—Su gran pasión—

Efraín Aguilar mira el pasado con gratitud y reflexiona sobre su trabajo en televisión y teatro. Y aunque la mayor parte de su vida se ha dedicado a producir programas humorístic­os y ficción para la pantalla chica, asegura que la actuación es su mayor pasión.

“No soy un exabrupto de la televisión, me preparé, estudié. Me siento mucho más actor que productor y director. Recuerdo que don Alberto Terr y, con quien me peleé varias veces, fue quien descubrió mis dotes para producir. Me dijo que tenía capacidad de liderazgo”, señala.

La última vez que ‘Betito’ actuó fue en el 2013, en la obra “Marat-Sade”, interpreta­ndo al Marqués de Sade. “Fue uno de mis mejores papeles, y no lo iba a hacer yo, era para Roberto Moll, pero se enfermó en Venezuela, casi se muere. Así que tuve que reemplazar­lo, y en 15 días me aprendí el papel”, recuerda.

“Irma Maury fue una de mis mejores alumnas. ‘Los meritorios’, de los hermanos Álvarez Quintero, fue la primera obra de teatro en la que participó”.

 ?? ALESSANDRO CURRARINO ?? Efraín Aguilar muestra las instalacio­nes de su nuevo teatro, instalado en el quinto piso del centro comercial Arenales. Allí repondrá sus obras y dictará talleres de actuación.
ALESSANDRO CURRARINO Efraín Aguilar muestra las instalacio­nes de su nuevo teatro, instalado en el quinto piso del centro comercial Arenales. Allí repondrá sus obras y dictará talleres de actuación.
 ?? AMÉRICA TV ?? Irma Maury también pasó por los talleres del popular ‘Betito’ y fue así como reafirmó su vocación como actriz.
De Gisela Valcárcel, Aguilar destaca lo mucho que leía en su etapa de estudiante junto a él.
AMÉRICA TV Irma Maury también pasó por los talleres del popular ‘Betito’ y fue así como reafirmó su vocación como actriz. De Gisela Valcárcel, Aguilar destaca lo mucho que leía en su etapa de estudiante junto a él.
 ?? RICHARD HIRANO ?? Michael Finseth no tuvo un inicio auspicioso como Memo de “1.000 oficios”, pero con el tiempo mejoró.
RICHARD HIRANO Michael Finseth no tuvo un inicio auspicioso como Memo de “1.000 oficios”, pero con el tiempo mejoró.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru