27 de noviembre
Legendaria, icónica, majestuosa y absoluta. Cabellera dorada, brillos por doquier, canciones inigualables, coreografías despampanantes,
Raffaella es y será la diva máxima de Italia. No voy a negar que varias veces intenté marcar el 53-53456. O que cuando estaba caliente caliente, me iba a la playa porque para hacer bien el amor hay que venir al sur. O cuando me explota explota mi corazón, ella me decía que en el amor todo es empezar. De diva a diva, le agradezco por el legado que ha dejado en el entretenimiento y en la cultura pop mundial. Qué fantástica fantástica esa fiesta la que debe estar teniendo en el cielo.
Autora indispensable de la narrativa española contemporánea, logró una triada muy poco común: escribir libros de gran calidad literaria, ‘best sellers’ en toda regla y que legiones de lectores la sientan íntima. Me atrevería a decir que su obra refleja el recorrido social e ideológico de la España del último medio siglo, desde aquella sociedad desenfadada y presta a romper tabúes que surgió tras cuatro décadas de dictadura franquista (he ahí su primera novela, “Las edades de Lulú” y el enorme éxito que cosechó), pasando por aquella sociedad hechizada por los encantos del derroche en los años 90 y 2000, en la que los personajes, en particular las mujeres, siguen buscando la esencia de la libertad y buscándose a sí mismas (he ahí “Atlas de geografía humana” o “Castillos de cartón”), y esa que en las últimas décadas vuelve a librar encarnizadas batallas por la recuperación de la memoria histórica. Almudena Grandes, a través de sus columnas semanales, sus participaciones públicas y el conjunto imponente de sus últimas novelas de manera tenaz se afiló por la recuperación de las voces y tramas de los vencidos y atropellados por la maquinaria ideológica, política y económica del franquismo. Supo escribir y comunicar todo eso con una potencia que sus legiones de lectores echaremos mucho de menos.