Expresiones de la riqueza shipiba
“Maya maya bainkin. Avanzando dando vueltas. Arte y futuro shipibo” expone obras de mujeres indígenas en un contexto contemporáneo que apunta a revalorar su cultura y cosmovisión. Va en el C.C. Inca Garcilaso.
Un canto mágico y sagrado da nombre a la muestra que reúne por primera vez a cuatro mujeres exponentes del arte shipibokonibo: Sara Flores, Celia Vásquez Yui, Chonon Bensho y Olinda Silvano. Ellas están logrando que el diseño que distingue a este arte indígena –y que aparece tanto en los rostros de los nativos como en diversos utensilios de su comunidad– empiece a ser valorado en el mundo. Estos patrones hacen referencia a los elementos que componen el universo dentro de su cosmovisión y forman parte de la expresión espiritual, física y cultural del pueblo.
Titulada“maya mayaba inkin. Avanzando dando vueltas. Arte y fu tu roshipibo ”, la exposición pretende demostrar la relevancia de los conocimientos indígenas e incluye también, y por primera vez, la obra de la fallecida Inka Mea, ceramista que dio a conocer el arte shipibo en Europa. Complementan la exhibición, en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores, los trabajos de la Asociación de Médicos Ancestrales Shipibo-koniboXetebo y la Asociación de Mujeres Shipibas Afectadas por las Esterilizaciones Forzadas.
El cineasta y activista de los derechos indígenas Matteo Norzi, quien dirige el Shipibo Conibo Center de Nueva York y que está a cargo de la curaduría de esta muestra, afirma sobre esta exposición que “se utiliza el arte contemporáneo como una estrategia para cambiar el contexto donde esas piezas son presentadas y así demostrar que la interpretación de la naturaleza que hacen los shipibos aporta soluciones alternativas a la explotación de sus recursos”.
—Pasado y futuro —
La frase “maya maya bainkin” no es gratuita. Proviene de un ícaro o canción shipiba que hace referencia a los conceptos cíclicos que involucran todos los aspectos de la vida de la comunidad. El artekené es un laberinto, una línea que serpentea los orígen esshipibo-konib os como lo hacen los diseños que adornan los ceramios, pinturas y bordados de este pueblo. Es, como señala Norzi, “parte de su cosmovisión, que avanza como los meandros del río. Suben y bajan, van y regresan, van cambiando, de esta formas e explica cómo el pasado ancestral puede inspirar en el futuro indígena”.
Gracias a la colaboración con el Shipibo Conibo Center, el arte kené ha traspasado fronteras en base a la reciprocidad, pues el arte, el activismo ambiental y la lucha para la auto determinación de estos pueblos están fuertemente ligados. El acuerdo que ha logrado que artistas como Sara Flores o Celia Vásquez expongan en importantes galerías de Londres y Nueva York consiste en el compromiso que ellas tienen de apoyar a una escuela en Pucallpa, así como a las organizaciones que intentan revertir la deforestación del territorio. Además, es importante mencionar que en el cont ex toshipibo el arte es responsabilidad de las mujeres. incluso muchas de ellas tienen el título de médicos ancestrales.
“En un momento en el cual el mundo está sufriendo por el cambio climático, las ideas indígenas se rebelan como una salvación por su entendimiento espiritual de la ecología y respeto a la naturaleza. Yo veo un gran futuro en este arte, no tanto por el valor económico y expositivo, que está subiendo en forma exponencial, sino por la cosmovisión que en la coyuntura resulta relevante”, sentencia el curador italiano.