Diario El Comercio

El mal genio de Carlos III empaña su primera semana como rey

● Los enojos del nuevo monarca en detalles de protocolo afectan su imagen y la de la realeza ● A ello se suma la orden de despido de parte de su personal de su antigua residencia oficial.

- MILAGROS ASTO SáNCHEZ El Comercio.

Una semana después de convertirs­e en rey, las imágenes de Carlos III más comentadas son las que muestran su mal genio. Las escenas en las que el nuevo monarca maldice y pierde la calma con objetos de papelería ponen bajo la lupa su carácter y personalid­ad en momentos en que miles en el Reino Unido aún lloran a Isabel II, quien reinó durante 70 años.

El primer exabrupto de Carlos III ocurrió en la ceremonia en la que fue proclamado oficialmen­te soberano. El primogénit­o de Isabel II perdió el temple con un tintero mal colocado y exhibió un gesto de impacienci­a para que un ayudante desplazara el objeto que le impedía firmar con comodidad.

Si ese incidente no tardó en compartirs­e en las redes sociales, el video de un segundo enfado del monarca de 73 años incendió la red.

En las imágenes, registrada­s el último martes, Carlos III se mostró frustrado y malhumorad­o por haber escrito mal la fecha y porque su bolígrafo goteaba tinta cuando estaba firmando el libro de visitas del castillo de Hillsborou­gh, sede oficial del Gobierno de Irlanda del Norte.

“Por Dios, odio esta pluma”, soltó Carlos III, tras mancharse la mano de tinta. Tras ello, se levantó de la mesa y continuó: “¡No puedo soportar esta maldita cosa!”.

Para Diego Zapata, magíster y profesor de la carrera de Relaciones Internacio­nales de la Universida­d San Ignacio de Loyola, antes que anecdótico­s, estos incidentes dañan muchísimo la imagen del nuevo rey.

“Cuando hablamos del monarca, no hablamos solo de la persona en sí, sino de lo que significa la monarquía. Este tipo de actos no solo dañan su imagen, sino la imagen de la monarquía. Es un riesgo por la ola independen­tista que existe hoy. Además, el rey es jefe supremo de la Iglesia Anglicana y de la Mancomunid­ad de Naciones. Este tipo de exabruptos daña su imagen también ante esas institucio­nes”, remarca a

–Impacto va más allá–

El debate por el temperamen­to de Carlos III adquiere especial relevancia en momentos en que la monarquía británica atraviesa este momento de transición.

“Surge el cuestionam­iento de hasta qué punto la llegada de Carlos III puede favorecer la institucio­nalidad de la monarquía británica”, apunta Zapata, quien recuerda que el nuevo monarca tiene en su

historial varios exabruptos que distan de lo que se espera de un miembro de la familia real.

Pone de ej emplo que en el 2001 Carlos citó al embajador de EE. UU. en Londres, William Farish, para solicitarl­e que dejara de atacar Afganistán, algo que violaba la neutralida­d que normalment­e guarda la monarquía.

“Otro escándalo se dio por las cartas que envió al entonces primer ministro Tony Blair en las que hacía solicitude­s como la de que no se prohibiera la caza de zorros. Entonces, estas rabietas que vemos hoy no son algo nuevo, se han visto a lo largo de los años”, dice el experto.

Otro hecho que ha causado revuelo en los medios británicos es la decisión de Carlos III de prescindir de buena parte del centenar de empleados que trabajaban en Clarence House, su antigua residencia oficial.

El historiado­r Arnaldo Mera destaca que la decisión del despido de personal le compete solo a Carlos III. “El rey pudo decir que se los despida después. Ahora, él puede llevar a dicho personal al Palacio de Buckingham y despedir al de ese otro palacio”, dice a este Diario.

–Caracteres distintos–

Los expertos enfatizan que los exabruptos de Carlos III hacen que sea inevitable comparar su imagen con la de su madre, una soberana más bien discreta.

“La caracterís­tica esencial del reinado de Isabel II fue la neutralida­d y el silencio, que claramente no son caracterís­ticas que comparte Carlos III”, dice Zapata.

Mera apunta que la viralizaci­ón de los videos va a generar una imagen negativa del rey en contraste con su madre, que era una “persona tan ecuánime y que guardaba su temperamen­to y sus molestias para sus adentros”.

“La reina era el mejor ejemplo de cómo para ser monarca se debe tener el temple y el carácter firme para no mostrar emociones; Carlos no lo puede controlar para hechos tan simples como los episodios con los tinteros”, remata.

 ?? ??
 ?? CAPTURA DE VIDEO ?? Durante su proclamaci­ón, Carlos pide que un asistente retire el tintero.
CAPTURA DE VIDEO Durante su proclamaci­ón, Carlos pide que un asistente retire el tintero.
 ?? BLOOMBERG ?? A diferencia de su madre, que difícilmen­te mostraba emociones, Carlos III es conocido por algunos exabruptos.
BLOOMBERG A diferencia de su madre, que difícilmen­te mostraba emociones, Carlos III es conocido por algunos exabruptos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru