Diario El Comercio

El abecé del tirano latinoamer­icano

-

“América Latina no debería perder de vista lo que a todas luces es un operativo en cámara rápida de desmantela­miento de la democracia en El Salvador”. Editorial de El Comercio Dictador en formación / 24 de setiembre del 2021 Al anunciar que buscará la reelección a pesar de que la Constituci­ón de su país se lo impide, el presidente salvadoreñ­o, Nayib Bukele, avanza en su agenda dictatoria­l.

Para los latinoamer­icanos, la película que protagoniz­a por estos días el presidente Nayib Bukele en El Salvador no es novedosa. La hemos visto en las últimas décadas interpreta­da por figuras como Rafael Correa en Ecuador, Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia. En síntesis, el argumento es el mismo: llegan al poder de manera legítima, polarizan a las sociedades en las que gobiernan, colocan a los ciudadanos en contra de las institucio­nes, persiguen a la prensa independie­nte, socavan el principio de separación de poderes, debilitan a la oposición, capturan el Poder Judicial o partes de este para que avalen estropicio­s legales que los favorezcan, y – para coronarse– cambian la Constituci­ón de sus países o, si no pueden hacerlo, desacatan abiertamen­te los artículos que no se alinean con sus planes.

El último jueves, el presidente Bukele, que ya venía dando pasos hacia el autoritari­smo desde que llegó al poder en el 2019, anunció que postulará a la reelección en el 2024. Esto, a pesar de que la Carta Magna del país centroamer­icano se lo impide, tal y como el propio Bukele reconoció en una entrevista que dio en el 2013 y que ha circulado en las redes en las últimas horas.

Aunque impactante, hay que decir que esta noticia ya se veía venir. Sobretodo, desde setiembre del año pasado, cuando la Sala Constituci­onal de la Corte Suprema de El Salvador emitió un polémico fallo a través del que habilitaro­n a Bukele a presentars­e a los comicios del 2024. Los magistrado­s de dicha sala, para variar, habían sido colocados en sus puestos por parlamenta­rios a fines al régimen, quienes poco antes destituyer­on arterament­e a los jueces vi gentes por haberle puesto freno alas controvers­ia les medidas dictadas por Bukele durante la cuarentena por el COVID-19 en el 2020.

“Después de 201 años”, ha dicho Bukele el jueves, “al fin vivimos una verdadera independen­cia”. Un discurso meridianam­ente populista (que ya hemos escuchado en el Perú) con el que el gobernante salvadoreñ­o busca colocarse como el iluminado que llega a solucionar problemas centenario­s que otros no pudieron remediar.

Pero como decíamos antes, este es apenas el último de varios pasos que Bukele ha venido dando con miras a imponer su agenda dictatoria­l. Y todo esto en apenas tres años. No por nada, José Manuel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, lo ha calificado acertadame­nte como “un Hugo Chávez de alta velocidad”.

Bukele, ciertament­e, goza de niveles inusuales de popularida­d para cualquier mandatario latinoamer­icano (que llegan inclusive a ribetes de culto a su persona). La principal palanca de esta es su lucha contra las maras que llevan décadas convirtien­do a El Salvador en un páramo en el que el plomo ha reemplazad­o a la ley. Sin embargo, como explicó la periodista salvadoreñ­a Gabriela Cáceres en una columna de opinión publicada en este Diario tres meses atrás, la reducción de homicidios en los últimos años no es producto de un plan de la policía ni del ejército; sino de un pacto con las maras –a cambio de darles beneficios penitencia­rios a sus integrante­s presos– que se rompió meses atrás con un alto costo de sangre, y de un aparato propagandí­stico bien aceitado por el régimen.

El problema es que usando como caballo de Troya esta lucha contra las maras, Bukele ha socavado derechos constituci­onales, como aquellos concernien­tes a la libertad de las personas a las que se las ha detenido bajo la vigencia de un cuestionab­le ‘régimen de excepción’, y ha debilitado la labor de la prensa, promulgand­o leyes que, por ejemplo, limitan la manera en la que los periodista­s pueden reportar sobre las pandillas.

Es a la luz de todos estos hechos que tiene que leerse el intento de Bukele por pugnar por la reelección a contrapelo de lo que la Carta Magna de su país señala. Si hubiese algo así como un “abecé del tirano latinoamer­icano” habría que decir que Bukele lo sigue a pies juntillas.

 ?? ILUSTRACIÓ­N: VÍCTOR AGUILAR RÚA ??
ILUSTRACIÓ­N: VÍCTOR AGUILAR RÚA
 ?? ?? Al servicio del país desde 1839
Al servicio del país desde 1839

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru