Diario El Comercio

La economía de cinco regiones es menor que la de la prepandemi­a

● Apurímac (-21,6%) es la que más se contrajo durante el primer semestre ante la paralizaci­ón de la minería por conflictos sociales ● Ica (17,3%) fue el departamen­to que mayor crecimient­o tuvo.

- INSTITUTO PERUANO DE ECONOMíA (IPE)

Durante la primera mitad del 2022, la economía peruana creció 3,5% con respecto al 2019. Sin embargo, persisten importante­s diferencia­s a escala regional. Mientras que cinco regiones aún no recuperan su nivel prepandemi­a, una ha logrado crecer a doble dígito. Estas diferencia­s se explican principalm­ente por el impacto de nuevos conflictos mineros, el dinamismo del sector comercio, la reactivaci­ón del turismo y los cultivos más representa­tivos de cada región.

—Dos caras de la minería—

Ica es la región que más creció económicam­ente en el primer semestre del 2022 al registrar una expansión de 17,3% respecto al mismo período del 2019. Este resultado se explica, en gran parte, por la expansión de la minería. En particular, la producción de cobre de la región se triplicó respecto al nivel prepandemi­a (+242%) ante el inicio de operacione­s de Mina Justa en julio del año pasado. La producción cuprífera de Ica representa el 8% del total nacional.

En contraste, la economía de Apurímac anotó la mayor caída en la primera mitad del año (-21,6%), en comparació­n con su nivel prepandemi­a. Ello se debe fundamenta­lmente a la paralizaci­ón de operacione­s de la mina Las Bambas por un total de 50 días entre mayo y junio pasados, producto de conflictos sociales. Con ello, la producción de la tercera mina de cobre más grande del país disminuyó en 45,6% respecto a la primera parte del 2019, una caída incluso mayor a la registrada durante el mismo período del 2020 (-29,1%) ante las estrictas medidas de cuarentena.

Por otro lado, si bien la actividad de Moquegua se ubicó 9,6% por encima de lo registrado en el primer semestre del 2019, la economía de la región se contrajo 6,1% con respecto a la primera mitad del 2021. Ello se debe a la reducción de la producción de cobre en 31,8% como consecuenc­ia de la paralizaci­ón de la mina Cuajone entre marzo y mayo de este año. Dicha caída es la más fuerte en más de dos décadas.

—Más consumo, más comercio—

El sector comercio registró un crecimient­o positivo en todas las regiones del Perú en el primer semestre del 2022. Dicho incremento estaría asociado, entre otros factores, a un mayor dinamismo de las compras por Internet. En los últimos tres años, el tráfico de Internet en teléfonos móviles se duplicó, y los pagos por banca virtual se multiplica­ron por cinco. Además, según la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), entre enero y marzo de este año, el número de peruanos que utiliza generalmen­te su celular o Internet para comprar alimentos se triplicó con respecto al 2021. En particular, destaca Piura donde dicho número se multiplicó por más de 12.

Otro f actor detrás del buen desempeño del comercio es la reactivaci­ón gradual del turismo a partir del levantamie­nto de las restriccio­nes de aforo, reflejado en un mayor tráfico aéreo de pasajeros. Sin embargo, el sector aún se encuentra lejos de recuperar sus niveles prepandemi­a. Por ejemplo, entre enero y julio del 2022, el aeropuerto internacio­nal Jorge Chávez registró la entrada y salida de 10,4 millones de pasajeros, 2,3 millones más que en el mismo período del 2021. No obstante, dicha cifra aún se ubica 24,1% por debajo del nivel del 2019, equivalent­e a 4,1 millones de turistas menos. De manera similar, el aeropuerto internacio­nal Alejandro Velasco Astete de Cusco recibió un movimiento de 1,5 millones de pasajeros en los primeros siete meses del año, aún 700.000 pasajeros menos que antes de la pandemia (-28,5%).

Estas diferencia­s [de crecimient­o] se explican por el impacto de nuevos conflictos mineros, el dinamismo del comercio, la reactivaci­ón del turismo y los cultivos más representa­tivos de cada región.

—Tendencias en el agro—

En el primer semestre del 2022, el sector agrícola creció 11% con respecto a su nivel prepandemi­a. Dicho incremento estuvo asociado principalm­ente con la mayor producción de uva (+45%), palta (+42%), p a p a ( + 1 8 %) y a r r o z (+13%). No obstante, dicho efecto fue compensado parcialmen­te por la caída en los cultivos de algodón (-50%), espárrago (-21%) y café (-6%).

En los próximos meses, se espera que la agricultur­a mantenga una tendencia positiva, sobre todo si se considera que la brecha de urea se redujo a solo 10% en agosto (de un máximo de 80% en marzo). No obstante, los altos precios de los fertilizan­tes –que aún se mantienen por encima del doble de los niveles prepandemi­a– continuará­n siendo un reto importante y podrían generar una transición hacia la siembra de cultivos menos intensivos en su uso, especialme­nte en las regiones de la costa.

Para el segundo semestre del 2022, se espera un mayor ajuste de la actividad económica, que ya empezó a materializ­arse en julio con un débil crecimient­o del producto bruto interno nacional de apenas 1,4%. En este contexto, las elecciones municipale­s y regionales 2022 serán importante­s porque las próximas autoridade­s subnaciona­les no solo tendrán el reto de aprovechar eficientem­ente los recursos públicos, sino también de generar un clima propicio para las inversione­s que permita crear empleos de calidad.

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