Marías y el imposible oficio de contar

El 28 de junio del 2006, el escritor madrileño fue elegido para ocupar el sillón R de la Real Academia Española. Tomó posesión recién en abril del 2008, y en su discurso de ingreso, titulado “Sobre la dificultad de contar”, ofreció un pesimista elogio del oficio.

Decía el autor de “Todas las almas”: “No sé cuál es el criterio que los lleva a ustedes a admitir en el seno de su digna institución a algunos novelistas. En realidad se me hace difícil entender que admitan a cualquier novelista, ya que, si la contemplamos desde un punto de vista adulto y mínimamente serio, nuestra labor es bastante pueril”.

“Nuestra labor no solo es pueril sino absurda, una especie de trampantojo, un embeleco, una ilusión, una entelequia y una pompa de jabón. En el fondo está destinada al fracaso y además es casi imposible. (...) Aunque el ánimo de un relator sea el de contar tal como fue lo sucedido; lleva a cabo una tarea imposible”, señalaba Marías, provocador como era su costumbre, en aquella docta ocasión.