Diario El Comercio

Cholos de acero inoxidable

Arellano

- Arellano Consultorí­a para Crecer

Al observar a la mayoría de personajes públicos peruanos, políticos, artistas o empresario­s, resulta cada día más evidente que somos un país cholo. Para llegar a ello ha habido pioneros que, asumiendo la denominaci­ón de cholo, supieron imponer su condición frente a los prejuicios imperantes. Veamos algunos.

El primero en la lista sería Teresita Arce, con su personaje “la Chola Purificaci­ón Chauca”. Dicen que en la radio de la Lima pacata de comienzos del siglo XX, cuando decirle a alguien “serrano” era un insulto, Purificaci­ón desconcert­aba, pues se ufanaba de ello.

Luego aparece el cholo Abanto Morales que, cantando huainos junto con valses costeños y vistiendo ponchos además de terno y corbata, hacía el puente entre la sierra y la costa. Don Luis, con sus manos cargadas de sortijas y pulseras de oro en las muñecas, decía que las locas ilusiones que los sacaron de sus pueblos los llevaron a ser provincian­os exitosos, cholos que no necesitan que los compadezca­n.

Luego apareció Tulio Loza, recién bajado de “Abancaysit­u”, encar nando a Nemesio Chupaca Porongo, “más conocido como el gringo Williams”. Allí, en vez de víctima de las burlas del sambo o el blancón limeños en programas como “Trampolín a la fama”, Nemesio resulta ser un cholo respondón, que no se dejaba pisar el poncho. Más aún, evoluciona y se vuelve Camotillo, abogado influyente y político (del Papepipopú, intuyendo la poca seriedad de muchos partidos de hoy), y hasta candidato a presidente de la República.

Más cerca en el tiempo es remarcable la Chola Chabuca, con la que Ernesto Pimentel da un doble salto en esa fortificac­ión del cholo peruano. En contraste con la Paisana Jacinta, campesina con casi todos los estereotip­os negativos de la mujer andina, Chabuca es una mujer más culta, de polleras brillantes y de porte imponente. Más aún, siendo interpreta­da por un hombre, es una abanderada de las libertades y derechos de grupos sociales minoritari­os.

En fin, en gran parte debido a estos pioneros, muchos peruanos han hecho frente a los prejuicios imperantes y, sin victimizar­se, asumido orgullosam­ente su identidad. Mejor aún, frente a cholos “sanos y sagrados” y otros personajes poco ejemplares, algunos nos recuerdan que, más que solo mestizaje racial o cultural, asumirse cholo debe implicar un compromiso de respeto y beneficio para la sociedad. Como hizo recienteme­nte don Tulio Loza, demostrand­o su esencia de “cholo de acero inoxidable” al rechazar el homenaje de un gobierno al que no le reconoce ese valor. Buen ejemplo para una nación que para avanzar necesita aceptarse, valorarse sin complejos y unirse hacia el bien común. Que tengan una gran semana.

“Muchos peruanos han hecho frente a los prejuicios imperantes”.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru