Lima, capital de la imprenta
El C.C. Inca Garcilaso presenta “Libros y autores en el Virreinato del Perú”, muestra organizada con el Instituto Cervantes y la Biblioteca Nacional.
Taylor Swift / Cantante Elegida Cantautora de la Década en los Nashville Songwriter Awards. “Cuando escribimos ‘All Too Well’ no imaginé que resurgiría tras 10 años, pero una buena canción puede desafiar la lógica o el tiempo”.
El Noveno Congreso Internacional de la Lengua Española, a realizarse en marzo próximo en la ciudad de Arequipa, empieza a calentar con la inauguración, en el Centro Cultural Inca Garcilaso, de la muestra “Libros y autores en el Virreinato del Perú: El legado de la cultura letrada hasta la
Independencia”, exposición que ilumina una circunstancia histórica especialmente compleja: la transformación cultural que supuso, tras la conquista y la creación del Virreinato del Perú, el desarrollo de la escritura alfabética y la llegada de la primera imprenta a Lima.
La exposición, presentada el año pasado en el Instituto Cervantes en Madrid, tiene como curadores al poeta y gestor cultural Alonso Ruiz
Rosas y a Marta Ortiz Canseco, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid. Con tesoros bibliográficos del período colonial, en parte de los fondos conservados por la Biblioteca Nacional del Perú y de colecciones particulares, la muestra exhibe cómo la Corona española y la Iglesia Católica pusieron especial celo en crear focos de irradiación cultural en los Andes centrales, principal centro civilizatorio hasta la caída del gran Imperio Inca. Este desarrollo pasaba por la importación de la imprenta y la creación de universidades, colegios y la formación de bibliotecas conventuales. Todo esto, como advierte el investigador Ruiz Rosas, con un acento muy marcado en la misión evangelizadora que justificó la conquista y la anexión del Perú al imperio español.
Así, la muestra nos permite ver el profundo cambio cultural que conlleva la llegada de la imprenta en 1580 (Lima se convertiría en la única ciudad de Sudamérica autorizada para imprimir libros hasta 1700). Una tecnología necesaria para la evangelización, como había decidido el Concilio Limense. “Este fenómeno generará una producción editorial muy significativa, que no solo tiene que ver con los primeros vocabularios en lenguas indígenas, sino en todos los dominios del conocimiento de entonces, sean volúmenes de derecho, historia, de literatura o científicos”, señala el curador.
Por cierto, lo primero que el visitante de la muestra advierte al contemplar las publicaciones, empezando por la “Doctrina Christiana”, célebre catecismo publicado en 1584 por el italiano Antonio Ricardo, es el interés de los religiosos de la época por estudiarlas lenguas originarias. “Como es sabido, la expansión del quechua le debe mucho al proceso evangelizador, pues era muy difícil asumir entonces la enorme cantidad de lenguas que había en el Perú apenas producida la con
quista”, explica Ruiz Rosas.
—Las ciudades letradas—
Desde luego, afirma el curador, se trata de un fenómeno cultural que incidirá especialmente en las élites de la sociedad virreinal. “No es que el Perú se haya convertido masivamente en un país de lectores. Pero la circulación de libros y manuscritos de producción local significó la aparición de élites ilustradas en ciudades como Lima, Arequipa, Trujillo, Huamanga o el Cusco, ciudad donde surgió una figura de las letras tan excepcional como Juan de Espinosa Medrano, ‘El Lunarejo’”.
Para el especialista, esta irradiación cultural pasó tanto por las élites españolas y criollas como a las élites mestizas que empezaban a surgir, representadas por el Inca Garcilaso, y por las élites indígenas, que tienen en Guamán Poma una figura fundamental. “No podemos olvidar que uno de los aspectos más apasionantes de este período histórico es la apropiación que los locales hacen de la lengua y de la escritura para sus propias reivindicaciones. Por ejemplo, José Gabriel Condorcanqui, Túpac Amaru II, hombre de formación jesuita, fue un gran lector”, explica.
En efecto, ese es otro importante aspecto de la exposición inaugurada en el C.C. Inca Garcilaso: reconocer que el largo proceso que llevó ala independencia del Perú empezó, de algún modo, con esta cultura libresca. “Las ideas de la emancipación en el siglo XVIII no solo se alimentaron del pensamiento de la Ilustración. Ya desde el siglo XVI, los teólogos españoles hicieron una contribución extraordinaria que, a la larga, alimentaría el espíritu moderno”, advierte el curador.