Sí, es cierto: no hay nadie más grande que Roger Federer
● El suizo jugó su último partido junto a Rafael Nadal y mostró que a sus 41 años se despide con mucho talento en sus muñecas ● Lloró y nos hizo llorar a todos con sus palabras de agradecimiento.
Las lágrimas de Roger Federer son las del mundo entero. La emoción del `Expreso Suizo' es la historia del tenis. Los abrazos de `Fed' son el de cada uno de esos chicos que se formaron pensando en él. “No estoy triste”, dice, y cómo va a estarlo si el tenis es él mismo.
Llora Roger, llora Rafa Nadal, y uno ve cómo el tenis con el que crecimos se va despidiendo. Ayer fue turno de Federer, que se despide a lo grande. No importa la derrota en dobles de la Laver Cup; importa lo que el suizo ha logrado.
Porque en un deporte tan individual, Roger gestó una despedida jugando con su rival de toda la vida, Rafael Nadal, y teniendo en el equipo a Novak Djokovic y Andy Murray. El `Big4' en pleno. Esa es la gran victoria de Federer: convertir un deporte de rivalidades en uno de grandes amistades.
Y esos amigos disputan la Laver Cup –el duelo entre el Team Europa y Team Mundo va igualado 2 a 2 y aún restan las jornadas de hoy y mañana–, pero Federer no volverá a tomar su raqueta para ingresar al campo, aunque seguirá al pie del equipo como el mejor coach.
Tantos nombres, pero en el tenis no hay nadie más grande que Roger Federer.
“Ha sido un día maravilloso. Estoy feliz, no triste. He disfrutado de ponerme mis zapatillas una última vez”.
“Nunca hubiera esperado esto. Yo solo quería jugar al tenis. Ha sido perfecto, lo haría de nuevo. Mi final ha sido como lo deseaba”.