Un puré convertido en bellas artes
El Papas El colombiano Ernesto Restrepo expone hasta hoy en Barranco una “muestra comestible” que cuestiona el sistema comercial del arte.
“No hay que dejar de entender el mundo del arte como uno de compra y venta”
Gerardo Chávez Maza Curador
Tiene tanto tiempo destacando el cariz artístico de uno de los alimentos fundamentales del hombre, que son pocos los que le dicen Ernesto o le recuerdan su apellido. Para todos es, simplemente, El Papas. El hombre que cosecha arte, que cocina ideas, que fríe los convencionalismos. Ahí donde otros usan un lienzo o un pincel, el descascara y empaqueta. O, como en el caso de la performance artística que realiza en el Perú, arma una cordillera de papas sobre una mesa de banquete y recrea una cocina real a su alrededor.
Desde que, en 1992, con ocasión del quinto centenario de la conquista española de América, decidiera replantear el mito y plasmar en ellas todas sus teorías sobre geografía, comercio, arte o globalización, serían las papas quienes hablarían por él. Porque la historia respalda su hipótesis: es la papa, finalmente, la que conquistó Europa y modificó sus costumbres alimenticias. Y fue sobre esa base que Restrepo construyó una importante carrera como artista contemporáneo, hasta que un coleccionista ruso compró una papa suya, bañada en oro, por US$30.000. Entonces, nació el fenómeno.
“En la mesa de banquete haremos una versión de la cordillera de los Andes en puré de papa”, nos cuenta El Papas. “He tomado como referencia el perfil de las montañas que rodean lima. Lo veo como un proyecto de cocina y arte o comida y arte. Quise hacer, entonces, una especulación, un juego alrededor de la idea de Humboldt. Su visión europea estaba siendo racionalista, pero yo quise hacer Humboldt en Marte. Porque, después de todo, sus narraciones de la época eran fantásticas para muchos. Lo mismo sucedió en la mirada europea sobre América. Me pareció interesante hacer un símil en cómo se ha ilustrado el paisaje marciano en la literatura de ficción. Es una versión libre, el capítulo peruano de Humboldt en Marte”.
Por su parte, Gerardo Chávez Maza, curador junto al colombia no Alberto Mendoza del amuestra gestionada por marte díaz,fund adora de Ñan Culture House, asegura que “Pretextos”, la exhibición que muestra el trabajo de 38 artistas emergentes –12 colombianos, además de venezolanos, ecuatorianos, chilenos o argentinos–, tiene como objetivo hablar de todas las incidencias que tiene el ecosistema del arte y cómo actúa sobre la sociedad.
“El Papas está presentando esta geografía, que es un proyecto más efímero, relacional, y a la par se están vendiendo obras por artista, cada una a US$1.000, para una suma total de US$38.000. El mundo del arte es también una geografía que tiene diferentes aspectos. La idea es generar un espacio de intercambio, de conversación y de venta. No hay que dejar de entender al mundo del arte como un espacio de compra y venta, porque en realidad eso es lo que permite que los artistas sigan trabajando, produciendo, más aún en un contexto pos pan dé mico ”.
—A papear se ha dicho—
“Uno de mis intereses con la obra es explorar las estéticas que resultan en la economía del mercado, que se representan en acciones, en maneras de cómo se transa la obra: la compra, la venta, el trueque y hasta el robo. Hay una cantidad de sensaciones físicas e intelectuales que están metidas en una suerte de economía emocional”, nos dice El Papas.
Chávez Maza indica que el proyecto “Pretextos” también determina todas las posibilidades de mercado que implica comer papa, vender papas, comprar las, ver todo el mercado de papas y el del arte que está ahí y que también es una especulación.
La idea es abrir cuestionamientos que nacen naturalmente a partir de esta muestra: ¿los artistas necesitan de toda esta estructura para vender sus obras? ¿Realmente hay una valorización económica, emocional o social del trabajo del artista en este contexto?