Gas para la sierra y selva: ¿Negocio viable? Los pobladores de la sierra y la selva continúan esperando el arribo del gas natural, energético más barato que su contraparte, el GLP.
Mientras en algunas ciudadades se pasa apuros como consecuencia del desabastecimiento de gas licuado (propano) en los grifos, los pobladores de la sierra centro-sur siguen esperando el arribo de las primeras moléculas de gas natural (metano) a sus hogares.
Diez meses después del discurso presidencial en la ciudad de Huamanga, en el que Pedro Castillo dio inicio a la “masificación del gas para todos los peruanos”, es muy poco lo que se ha avanzado en este aspecto.
No obstante, el viceministro de hidrocarburos, Juan Sánchez, dio a conocer la semana antepasada que el Minem ha presupuestado S/150 millones para iniciar la masificación del gas natural en Ucayali, Ayacucho, Junín, Huancavelica, Apurímac, Cusco y Puno, este año.
¿Significa esto que estas siete regioenes están a punto de recibir el ansiado combustible?
Los entendidos en el negocio del gas natural advierten que para llevar este energético a los hogares se necesita construir redes de ductos e implementar una `demanda ancla' (industria o industrias) que paguen esta inversión y la hagan rentable para el concesionario.
“A ese fin se requiere una industria muy grande que utilice el gas natural para su proceso productivo. Si esta no existe y solo se va a masificar el gas en los domicilios, entonces hará falta el subsidio del Estado”, apunta José Mansen, experto en seguridad de hidrocarburos.
Y eso es, precisamente, lo que planea hacer el Gobierno en la sierra centro-sur, dada la inexistencia de industrias en esa zona.
“Lo que se requiere es activar el Sise y ampliar el Fise para construir redes [a costo hundido] y que puedan recibir otras contribuciones [canon y regalías, por ejemplo]”, indica Víctor Murillo, exviceministro de Hidrocarburos.
Se trata de un uso novedoso para el Fise pues hace poco se utilizaba solamente para financiar las conexiones domiciliarias.
“La pregunta es qué empresa [del Estado] se va a hacer cargo de gestionar estos recursos”, acota Murillo.
Una luz sobre esto último la dio el viceministro de hidrocarburos la semana antepasada.
Durante su presentación en la Comisión de Energía y Minas, el funcionario reveló que Petro-Perú se había comprometido “por escrito” a encargarse de la masificación en Ucayali.
En lo que respecta a las otras seis concesiones, señaló que estas podían ser asumidas por Petro-Perú o por las empresas eléctricas del Estado.
Día1 supo, en efecto, que la petrolera estatal y las distribuidoras eléctricas han sido convocadas para “conversar sobre el tema y ver las alternativasquesepuedentrabajar”.
Pero eso no es todo. Queda por resolver también el problema de la preservación de los restos arqueológicos, desafío grandísimo en Cusco y Ayacucho, donde la construcción de redes subterráneas podría ocasionar daños irreparables al patrimonio cultural y evidentes demoras en el desarrollo de los proyectos.
“Los diseños de redes de gas son asuntos muy complejos y delicados. Sólo Cálidda ha encontrado en Lima miles de restos arqueológicos. ¿Qué será en Cusco y Huamanga?”, se pregunta José Mansen.
Ese es un reto que deberán asumir el Minem y Osinergmin y las empresas especializadas que ya realizan esa labor en Lima y la costa.