Diario El Comercio

Cuando la política renuncia

Macera

- DIEGO Gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE)

La política no se trata siempre de gestas heroicas relacionad­as con grandes ideas como la igualdad, la libertad y la justicia. Quienes arropan sus discursos con estas banderas, sin otra cosa que ofrecer, más bien suelen estar escondiend­o un trasfondo de banalidad con tintes populistas. La mayor parte del tiempo, la política del mundo real debería tener más que ver con resolver los problemas cotidianos de la población –salud, agua, educación, seguridad, etc.– que con promesas revolucion­arias.

Esta pequeña política, sin embargo, no sustituye la necesidad de las grandes ideas. Cuando, por ejemplo, se escuchan preocupaci­ones por la carencia de líderes políticos capaces de causar entusiasmo en un hipotético escenario de adelanto de elecciones, el lamento debe ir más allá de la falta de predictibi­lidad en el resultado de los comicios. Lo lamentable, en el fondo, es que el país no tiene representa­ntes que puedan encarnar narrativas profundas, ideas sobre el mejor futuro para el país, sobre la relación entre el Estado y el ciudadano, que trascienda­n el pleitecill­o mediático del día a día. En cierto modo, los políticos han renunciado a hacer política.

La política, más bien, se ha vuelto el terreno de los ‘quick win’. “En un ambiente político tan difícil, ¿qué idea buena, bonita y barata se puede aprobar sin demasiada resistenci­a?”, piensan algunos realistas y bienintenc­ionados. Cuando el ambiente político se torna aún peor, se aspira simplement­e a preservar lo avanzado. Estos esfuerzos son, sin duda, necesarios, pero no deben de ser todo.

Por ejemplo, desde una agenda liberal, el capital político necesario para emprender una verdadera reforma laboral, o de pensiones, o de reducción de empresas públicas, o de cualquier tema tabú, es uno que hoy no existe y debe trabajarse, con ideas, a largo plazo. De lo contrario, simplement­e no sucederá. Por otro lado, una agenda liberal reactiva, que se perciba como anquilosad­a e inmediatis­ta, solo orientada a defender y nunca a proponer, tarde o temprano terminará perdiendo. Desde la izquierda política, la falta de norte y de ideas inspirador­as es mucho más obvia luego del triunfo de su candidato en las elecciones presidenci­ales del año pasado.

No hay que ser ingenuos: este esfuerzo toma tiempo y fracasos en el camino. Muy posiblemen­te, al inicio, cualquier propuesta integral que plantee soluciones de raíz será percibida como imposible. Y quizá lo sea. Pero ¿de qué están hechas las narrativas políticas más exitosas sino de ideas que al inicio parecían irrealizab­les y que, con el paso del tiempo, fueron ganando adeptos en base a su solidez y perseveran­cia? Hoy, eso ni siquiera se intenta. La doctrina del ‘quick win’ y de lo ‘políticame­nte posible’ se ha comido la inspiració­n política para ver al país bajo un prisma diferente, para intentar algo nuevo, para hablar de reformas en serio, aunque tomen años de convencimi­ento.

Las agendas de corto y largo plazo se construyen en paralelo. De un lado, con capacidad de reacción ante la coyuntura y el aprovecham­iento de oportunida­des cuando se presentan, y, del otro, con una visión de horizonte que aspire e inspire. La política profesiona­l, a fin de cuentas, no se trata solo de gestión pública y sectores productivo­s; se trata también de encandilar, de hacer pensar, y de poco a poco construir consensos alrededor de ideas que hasta hoy parecían imposibles. Los políticos oportunist­as usan las preferenci­as de la población; los políticos profesiona­les las moldean.

“La doctrina del ‘quick win’ y de lo ‘políticame­nte posible’ se ha comido la inspiració­n política”.

“El fondo del asunto es que Huerta está en ese puesto para proteger a Castillo”.

 ?? ILUSTRACIÓ­N: VICTOR AGUILAR ??
ILUSTRACIÓ­N: VICTOR AGUILAR
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru