Diario El Comercio

La única política de gobierno

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“Desde el comienzo, los erráticos y controvers­iales nombramien­tos del presidente Pedro Castillo en cargos claves para la administra­ción pública han sido el principal problema de su administra­ción”. Editorial de El Comercio “Siempre con mis amigos” / 9 de enero del 2022

Los nombramien­tos inapropiad­os de esta administra­ción se dan prácticame­nte todas las semanas.

Reiteradam­ente hemos advertido en este Diario sobre la que ha venido siendo la única política de gobierno visible de esta administra­ción: la designació­n de funcionari­os en altos cargos para los que no cuentan con los pergaminos requeridos y sí, por el contrario, con un vínculo con el presidente Pedro Castillo, el partido Perú Libre (y su fundador, Vladimir Cerrón) o la provincia cajamarqui­na de Chota. Una tendencia que se puede ilustrar con ejemplos y con cifras.

Sobre lo último, ayer El Comercio reveló que, solo en este año, el Gobierno nombró al menos a 50 altos funcionari­os que no cumplían con los requisitos para el puesto, según advirtió en todos esos casos la Contralorí­a General de la República. Se trata de designacio­nes realizadas por el presidente y sus ministros, y en la contabilid­ad total no se han tomado en cuenta aquellas sancionada­s por otras entidades, como Servir, por lo que el número de nombramien­tos inadecuado­s en este gobierno es sin duda mayor.

Entre los casos más recordados están los del expresiden­te del Congreso Daniel Salaverry, que apoyó al entonces candidato Castillo antes de la segunda vuelta presidenci­al, como presidente del directorio de Perú-Petro cuando su experienci­a en el sector hidrocarbu­ros era nula (no duró ni un mes en el cargo), o de la docente María Tarazona, amiga del mandatario, como viceminist­ra de Desarrollo e Inclusión Social, cargo del que fue retirada por no cumplir con los requerimie­ntos necesarios, pero a la que, sin vergüenza alguna, el Ejecutivo recolocó a los 10 días en Pronabec, un puesto para el que tampoco está acreditada, según Servir.

Por supuesto, los casos a los que nos referimos aquí aluden solamente a funcionari­os que no cumplían con las condicione­s técnicas para ocupar un puesto, pero no a otros tipos de cuestionam­ientos (que también son legítimos para sancionar la idoneidad o no de un nombramien­to). En este último grupo, por ejemplo, podemos ubicar al exministro de Salud Hernán Condori, promotor del agua arracimada y de procedimie­ntos médico-mágicos para detectar el cáncer “en un minuto” e investigad­o por la fiscalía por los presuntos delitos de cobro indebido y negociació­n incompatib­le en agravio del Estado, que fue censurado por el Congreso y que 13 días después, para el pasmo de muchos, fue designado como asesor en la Dirección de Redes Integradas de Salud (Diris) de Lima Este. Duró tres días antes de que la ola de críticas lo forzara a dimitir.

Y como para no perder la costumbre, en estos días nos enteramos de otros dos nombramien­tos controvers­iales. El primero de ellos es el regreso de Rogelio Huamaní, militante de Perú Libre, como director de Agro Rural, un puesto del que fue removido en junio, debido a su inexperien­cia en el sector agrario y a la fallida compra de fertilizan­tes, que ha afectado a muchos agricultor­es en todo el país. El segundo, el nombramien­to de Virgilio Acuña, amigo del hasta hace poco preso Antauro Humala, como viceminist­ro de Transporte­s en un momento en el que se desarrolla un paro de transporti­stas de carga que viene afectando los suministro­s en varios lugares del territorio.

El problema con poblar el Estado de funcionari­os que no cumplen con los requerimie­ntos necesarios, por supuesto, no es solo, como hemos mencionado anteriorme­nte, una forma de corrupción (pues se usa el dinero de todos para premiar lealtades en lugar de optimizar la función pública), sino que también pauperiza el servicio civil, aparta a los buenos funcionari­os o a los que venían siguiendo una línea de carrera y, por efecto dominó, precariza la calidad de los servicios que el Estado le debe brindar a los ciudadanos.

Al final, no parece una casualidad que la única política visible de este gobierno en el año y medio que lleva de gestión sea la de sorprender­nos siempre con nombramien­tos cada uno más inapropiad­o que el anterior. Quizá el hecho de que no veamos ninguna otra política pública de este gobierno se deba precisamen­te a que ha pervertido la función pública en su obcecada tarea de designar a los amigos en desmedro de todos los peruanos.

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ILUSTRACIó­N: VíCTOR AGUILAR RúA

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