Autobiografía en pantalla grande
“Tatuajes en la memoria” Cristhian Esquivel protagoniza esta cinta dirigida por Luis Llosa y Andrea Tudela, con guion de Mario Vargas Llosa. Llegará a los cines en el 2023.
Era 1986, los militares habían acordonado l a zona del cerro Razuhuillca, en Huanta, donde se encontraban integrantes de Sendero Luminoso, entre ellos, Lurgio Gavilán Sánchez, un adolescente de 12 años que se unió a los terroristas buscando a su hermano desaparecido. Ante la caída de sus compañeros, el menor esperó la muerte, tembloroso, en un rincón entre cuerpos inertes. Su final parecía inminente, hasta que el teniente al mando ordenó el alto el fuego impidiendo su ejecución. Tras librarlo de morir, le entregó una nueva vida en el Ejército.
Gavilán sirvió en el cuartel Los Cabitos 51 de Huanta durante casi una década, aprendió español, a leer y escribir, y al culminar el colegio se incorporó a la orden franciscana. Finalmente, estudió una maestría en Antropología en la Universidad Iberoamericana de México, donde radicó durante varios años y escribió “Memorias de un soldado desconocido”, novela autobiográfica que ha sido adaptada a la pantalla grande por el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa y el director de cine Luis Llosa bajo el título “Tatuajes en la memoria”.
Codirigida por Luis Llosa y Andrea Tudela, la película se rodó desde el 24 de octubre hasta el 20 de noviembre del 2022 en Huanta, Huamanguilla y Quinua. Tiene como protagonistas a Cristhian Esquivel como el teniente Shogún, y al menor Carlos Taype como Lurgio Gavilán.
“Mi personaje, el teniente Shogún, tiene unos contrastes enormes, es increíble. Hemos terminado de grabarla, quedó espectacular [...] creo que va a calar mucho en la memoria y el recuerdo de los peruanos, sobre todo de los
La película se rodó hasta el 20 de noviembre del 2022 en Huanta, Huamanguilla y Quinua.
que hemos vivido esa época terrible”, destaca Esquivel.
“Hay escenas i mpactantes, fuertes, emotivas, reales, que nos remontan a momentos duros del terrorismo en el Perú. Es una historia tremenda, aleccionadora, en la que prevalece la vida en plena guerra interna. El guion –que tiene el toque magistral de Lucho Llosa y de todo el equipo– te sube, te baja, te aprieta el cuello, te lleva lejos”, advierte el actor.
—Encuentro memorable—
Antes de iniciar las grabaciones, Esquivel contactó a Lurgio Gavilán para profundizar en su historia y expresarle personalmente su admiración. “Había visto las más de 30 entrevistas que dio a importantes cadenas internacionales y medios nacionales, así que lo busqué. Nos reunimos en un café, en Huamanga, fue un encuentro increíble que voy a recordar siempre. Nos dimos un abrazo y me regaló su libro autografiado”, recuerda.
“Conversar con él me
permitió darle mayor realismo a mi interpretación, me ayudó a transmitir lo que vivió con el teniente Shogún. Durante la conversación siempre sacaba a relucir que fue como una presencia bendita, que le extendió la mano para no morir. Hasta ahora se pregunta por qué Shogún le salvó la vida [...] Como actor ha sido un trabajo de valor, de grandeza; le di la importancia que debe tener la vida humana. Lo bueno de la película es que no juzga, tampoco tiene una posición, solo plantea ambas realidades”, aclara.
Para construir a Shogún, además de recurrir al autor, Esquivel recibió entrenamiento en manejo de armas. “Estuvimos un par de días en un cuartel, nos enseñaron la actitud y el léxico que usa todo militar. Ha sido muy rico formar parte de este proyecto en el que hay escenas que te marcan, de conflicto que causan pavor”, señala.
Destaca, además, el dolor y las heridas que siguen abiertas en algunas víctimas del terrorismo. En Ayacucho – asiente Esquivel– aún se respira miedo y desconfianza.
“Tatuajes en la memoria” se encuentra actualmente en etapa de posproducción. Aún no tiene fecha de estreno, pero todo indica que llegará a los cines el próximo año, luego de presentarse en festivales internacionales.