La invasión rusa a Ucrania: la guerra del siglo XXI
El conflicto en ● el este de Europa sigue teniendo consecuencias globales. Las manifestaciones en Irán y en China, el aborto en EE.UU. y la muerte de Isabel II también marcaron el año que se va.
No queda mayor duda de que la guerra en Ucrania es el acontecimiento que ha marcado este 2022. En estos 10 meses de enfrentamiento bélico, no solo se han destruido miles de vidas y se ha devastado un país, sino que todo el planeta ha padecido las consecuencias: una crisis alimentaria y energética que ha disparado los precios a escala mundial, además de un reacomodo de la geopolítica global.
Para los rusos, se trata de su supervivencia frente a Occidente; para los ucranianos, no es solo sobrevivir, sino mantener su identidad y recuperar el país que tenían. En el medio, Estados Unidos y las potencias europeas intentando acorralar a Vladimir Putin, que no ha dudado en jugar con la carta clave del gas y del petróleo, al tiempo que reforzaba sus lazos con China e Irán, los otros rivales de Washington.
Cuando Rusia l anzó su “operación militar especial” el 24 de febrero, el objetivo era una guerra relámpago, tomar Kiev, derrocar al presidente
Volodimir Zelenski y colocar a un gobierno prorruso. Nada de eso resultó y el conflicto sigue empantanado. Los bombardeos rusos siguen destruyendo la infraestructura ucraniana, sobre todo las centrales eléctricas, mientras que la defensa ucraniana ha conseguido retomar varias ciudades.
Según la ONU, el número de civiles muertos es de 6.702,
pero la cifra real debe superar largamente este número. Solo en Mariúpol, la mayor ciudad capturada por Rusia, se calcula que perecieron más de 20.000 ucranianos tras un asedio brutal.
Del lado ruso, EE.UU. estima que más de 100.000 militares habrían muerto o sido heridos, y una cifra similar se calcula del lado ucraniano.