Lluvias, sequía y poco acceso: la crisis mundial del agua se agudiza
No son las inundaciones, las sequías o el derretimiento de glaciares por el calentamiento global. La falta de acceso a servicios básicos relacionados con el agua –como la ausencia de agua potable y de infraestructura de saneamiento– mata a más personas en el mundo que los desastres naturales vinculados con este recurso.
El hallazgo forma parte de un informe divulgado esta semana con motivo de la Conferencia del Agua de la ONU celebrada en Nueva York, la primera cita de este tipo en casi 50 años, donde llovieron estadísticas y datos alarmantes que prueban que la crisis del agua que se vive a nivel global no ha hecho más que empeorar.
Es difícil encontrar la conclusión más preocupante. Según el reporte, tres de cada cuatro habitantes del planeta viven en países con algún nivel de inseguridad hídrica y la comunidad internacional está bastante lejos de alcanzar las metas que tiene frente a la crisis del agua.
Los más afectados viven en la región de Asia-Pacífico, seguidos de África, el continenteamericanoy,enúltimo lugar, Europa.
También es ineludible el aumento de desastres naturales vinculados al agua como consecuencia del calentamiento global. Por un lado, las inundaciones son cada vez más extremas y se cobran más vidas. Por otro, las sequías pueden arrasar con todo a su paso y frenan el desarrollo humano.
Los expertos son claros sobre este punto: las inundacionesylassequíasrepresentan el 75% de las catástrofes climáticas y van a aumentar por efecto del calentamiento global.
— Ojos en el vecindario—
Al analizar la crisis del agua enLatinoaméricayelCaribe, los expertos enfatizan que la abundancia de agua en un país no equivale necesariamente a seguridad hídrica. De nada vale tener el recurso en demasía si los ciudadanos tienen agua de mala calidad o acceso nulo o deficiente a saneamiento.
En este punto no se puede obviar la contaminación. Juan Carlos Castro, exdirector en la Autoridad Nacional del Agua (ANA) y del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), señala que en el Perú el 63% de la contaminación orgánica del agua es de las ciudades que contaminan los ríos, el 6% corresponde a las industrias y el 1,8% a la actividad minera.
La situación invita al pesimismo, pero lograr progresos es posible. “Hay países que han avanzado mucho en sus esfuerzos sobre el agua, sobre todo en Europa, donde tienen sistemas de prevención de alerta temprana y tecnología que puede ayudar a prevenir desastres. En el Perú no tenemos esa tecnología”, lamenta Castro, quien recuerda que nuestro país es la tercera nación más vulnerable al cambio climático en América del Sur”.
“El agua no puede ser objeto de derroche, abuso o motivo de guerras, sino que debe ser preservada”. Papa Francisco
Con el tiempo en contra Un informe de la ONU advierte ● que la falta de agua potable y saneamiento, así como los desastres naturales vinculados a este recurso, dan cuenta de una emergencia global creciente Los preocupantes datos de inseguridad hídrica ● prueban que aún no se ha hecho lo suficiente ante este problema.