“Moby Dick”: una historia para todas las generaciones
Conversamos con la dramaturga Els Vandell, encargada de convertir en una puesta en escena infantil el clásico de Herman Melville.
Cadaadaptaciónesunactodesacrificio.Cuandosetransformaunlibro para el cine o el teatro, casi siempre hay que dejar contenido fuera, sacar el cuchillo y cortar hasta que lo que quede en el altar sea distinto. Y cuando se habla de adaptaciones, pocas iniciativas son tan famosas e intimidantes como aproximarse a la novela “Moby Dick”, de Herman Melville, que desde 1851 ha cautivado a lectores de todo el mundo.
El teatro La Plaza asume el reto y estrena desde esta semana la adaptación de la novela que en 60 minutos sigue la historia de Ismael (Roxana Rodríguez), quien un día decide mejorar su ánimo y unirse a la tripulación de un barco ballenero. En el camino conoce al arponero polinesio Queequeg, del que se vuelve amigo, así como al primer oficial Starbuck (Emilram Cossío), quien es la voz de la razón en la nave Pequod. El capitán de la embarcación, Ahab (Rodrigo Sánchez Patiño), está obsesionado con vengarsedelaballenablancaMoby Dick, que le cortó una pierna.
“Mi propósito es que siga viva una gran obra literaria”, señala Els Vandell, quien adaptó la novela al teatro para niños. Ella cuenta que su intención fue también crear conciencia en el público joven sobre el peligro en el que se encuentran las ballenas, todavía perseguidas por la caza, así como abordar el tema de la venganza.
Para transmitir estos temas se le dio voz y rostro a Moby Dick, interpretada por Grapa Paola, que sostiene diálogos con el personaje de Roxana Rodríguez. “Es emocionante escuchar que los chicos se identifiquen, que rían. Eso me sorprendió”, dice la dramaturga.
“[La novela] tiene diferentes estilos: en parte es más periodística, después más filosófica, de pronto llena de acción”, menciona Vandell, quien menciona también una dimensión especial del animal protagonista: “Yo encontré en las ballenas un mundo lleno de amor, lleno de comunicación”.
En esta versión libre el final es distinto al de la novela y tiene otros cambios, como convertir al personaje de Ismael en una mujer. Así, la obra hace hincapié en la identidad degénerodeestepersonaje,unadecisiónquefueimportanteparalaescritora. “¿Cuántas mujeres hay que puedanpilotearunavión?¿Cuántas mujeres hay que puedan ser capitanes de barcos? La novela tenía muchoselementosquedanparahablar y mirarnos hoy”, dice.