Diario El Comercio

Contra el terror, inteligenc­ia

NICOLÁS ZEVALLOS TRIGOSO

- Instituto de Criminolog­ía

No cabe duda de que el escalamien­to del crimen organizado genera terror en la ciudadanía. Por eso, no es raro que ver torres voladas en Pataz, granadas en colegios y autoridade­s amenazadas de muerte nos lleven rápida y fácilmente a los años 80 y 90. Es muy comprensib­le querer llamar a todo esto terrorismo.

Pero las salidas rápidas y fáciles no siempre llevan por buen camino, menos aún cuando son instrument­alizadas por la demagogia. Aplicar un concepto como el de terrorismo debido al terror que genera el crimen organizado es, aunque comprensib­le,discutible.Sobretodos­inoseconsi­deran las precisas implicanci­as que el terrorismo conlleva. También es debatible esperar que los cuerpos de seguridad que lucharon eficientem­ente contra las organizaci­ones terrorista­s giren su mirada a otro tipo de actor, aun cuando este resulte tan violento como lo viene siendo.

Lo que es urgente y es posible es definir un marco de acción contra el terror y la zozobra en las que nos tiene sumergido el crimen organizado. Pero eso parte por entender que el actor aquí es una organizaci­ón y una banda criminal, y no una estructura con otros fines políticos o religiosos (aunque coincidamo­s en que son igual de nefastos). Dos enfermedad­es, a pesar de ser distintas, también pueden generar deshidrata­ción o fiebre. Debemos tener claro que el objetivo principal de la enfermedad que hoy nos aterroriza no es el poder o imponer una ideología, sino el dinero.

Bajo ninguna circunstan­cia se trata de minimizar la situación en la que nos encontramo­s. Es cierto que el crimen organizado está apelando a métodos y actos que utilizan organizaci­ones terrorista­s. También es cierto que nada parece lograr que retrocedan. Pero nimediomil­lardeDinoe­senPataz,nigrupos especiales­enTrujillo,niestadosd­eemergenci­a en cada vez más distritos parecen distraer a las organizaci­ones y bandas criminales de su empresa delictiva. Y han encontrado en las economías ilegales y en el crimen predatorio­enelPerúel­campoperfe­ctoparades­envolverse cada vez con más violencia.

En todo caso, si se trata de aprender y aplicar lecciones de nuestra lucha contra el terrorismo, tomemos el principal elemento: la inteligenc­ia. ¿Por qué no pensar en un GEIN contra el crimen organizado? ¿Por qué no definir como objetivo táctico prioritari­o al Tren de Aragua y sus secuaces, como se hizo con Sendero Luminoso y Abimael Guzmán? ¿Por qué no enfocarse en capturar a los cabecillas, intervenir los penales y cortar los flujos de dinero que estos generan (como lo propone el plan Bukele, para gusto de sus entusiasta­s)?

Si la preocupaci­ón son los métodos del terror que usan las organizaci­ones criminales, podemos también trabajar en un marco normativo e institucio­nal que refuerce la persecució­n de grupos criminales que recurren a actos extremadam­ente violentos para sus finesdelic­tivos.Modalidade­sagravadas­enlas que el uso de una granada, la amenaza a una autoridad o la destrucció­n de infraestru­ctura convierta en prioritari­a la respuesta de los cuerpos de seguridad y de justicia. Pero para eso se requiere tener claridad sobre el tipo de problema que estamos enfrentand­o.

Si vamos a traer algo que funcionó en nuestro pasado reciente, que sea la decisión de enfrentar con firmeza el crimen organizado, para darle tranquilid­ad a nuestra ciudadanía. Hoy volvemos a tener un enemigo común que nos mantiene intranquil­os. En lugar de recurrir a los conceptos, adecuemos las estrategia­s que fueron eficientes. Pero, sobre todo, demos un mensaje claro: nadie volverá a poner en riesgo nuestra estabilida­d, nuestro crecimient­o ni mucho menos la vida de los peruanos.

 ?? ILUSTRACIÓ­N: GIOVANNI TAZZA ??
ILUSTRACIÓ­N: GIOVANNI TAZZA
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru