Juntas es posible
Tras dos derrotas en el hexagonal final, análisis de la Sub 20 femenina que tiene en Mía León a su líder, sostén y capitana. Mañana con Venezuela (4 p.m.) se juega todo por el boleto al mundial de agosto.
La selección femenina Sub 20 ha hecho los deberes de una manera muy peruana: las chicas viajaron a Ecuador con poca prensa y menos expectativas, a la sombra de los múltiples fracasos de la enorme mayoría de selecciones peruanas juveniles en citas internacionales. Poco se valoró el silencioso trabajo de reclutamiento e institucionalización que, por si faltaran problemas, se inició durante la pandemia. Pero un empate inicial ante Argentina y sendos triunfos ante las anfitrionas y las uruguayas bastaron para clasificar al hexagonal final y tentar uno de los cupos al mundial de la categoría, un privilegio que solo se había conseguido en la prehistoria de este torneo, allá por el 2006.
Lo bueno es que hay cómo. Las dirigidas por la brasileña Jaqueline Ucella tienen orden y mentalidad. Dentro de esa estructura destacan figuras como Birka Ruiz, una mediapunta con dribbling, desborde y gol; o Valerie Gherson, delantera preclara dentro y fuera del área.
El soporte es Mía León, lo que se llamaría una tiempista capaz de asistencias magníficas, como aquella ante Ecuador, o de manejar la ansiedad por delante de la línea dedefensas.entérminosfutbolísticos es un equipo que maneja bien la pelota parada ofensiva (ver el descuento ante Paraguay, por ejemplo, el equipo se beneficia mucho del buen pie de María Alejandra Espejo), y que no ha carecido de competitividad ante rivales con mejores pergaminos y marketing. La estrepitosa derrota última ante las albicelestes no debería decolorar una actuación que viene siendo dignísima.
—Por mejorar—
¿Qué se debe mejorar? La coordinación en el trabajo defensivo, tanto cuando buscan salir tocando (muchos errores) como cuando deben intercalar relevos o despejar balones frontales. La presión puede revelar cierta fragilidad y ese es un aspecto para mejorar, lo que es entendible de cara a una madurez profesional aún por venir. También se podría añadir a la lista de deseos más rapidez en las transiciones y mejor cobertura por los laterales. La portera Lucía Arcos debe mejorar sus salidas…
Todo deporte, y el fútbol femenino ha sido muy pródigo al respecto en el pasado reciente, necesita un momento fundacional para despertar y despegar. La icónica celebración de la estadounidense Megan Rapinoe luego de anotar a Francia en los cuartos de final del mundial 2019, o la explosión de Aitana Bonmatí como figura total luego de obtener el Balón de Oro 2023, son buenos ejemplos. Más allá del resultado con el que se acabe este Sudamericano, todo hace pensar que ha llegado el momento de que Perú construya su tradición en base a estas jugadoras, quienes puedes ser los modelos a seguir de las próximas generaciones de futbolistas.
Pero mal haríamos en dar por terminada una tarea que recién empieza. Queda una semana de competencia y, como bien dijo Obdulio Varela en el momento más álgido de la historia del fútbol, “cumplidos solo si somos campeones”. Parte del reto de esta generación debesertambiéncambiarlostriunfos simbólicos por los reales y la cultura del “casi” por la del logro. No es fácil, pero nunca nadie dijo que lo sería.