Para soñar el museo de nuestros afectos
Una invitación a imaginar el museo más íntimo: Anamaría Mccarthy interviene digitalmente las salas del Met de Nueva York con imágenes de su archivo familiar.
“Es muy importante encontrar de nuevo el vacío y el silencio, para poder ocuparlo y empezar a crear”.
Anamaría Mccarthy Artista visual
Sedicequeenlasociedadactual, los grandes museos han reemplazado a las antiguas catedrales. Eso explica lo monumental de su arquitectura y el recogimiento de sus visitantes. En el caso de la artista Anamaría Mccarthy, el templo de su devoción es el Metropolitan Museum de Nueva York, fascinada por sus colecciones griegas, sus muestras de arte africano o su pinacoteca impresionista. Pasados los años, y a falta de tiempo, ella prefiere ahora visitar las muestras temporales. En su última visita, sin embargo, no la sorprendió una obra en especial: fueron las salas desocupadas a la espera de una nueva exposición. De rigurosoverdeolivo,suvacíosehacía más denso.
Equipada con su celular, a la manera del artista que hace rápidos bocetos en su libreta, Mccarthy empezó a disparar sin pedir permiso ni propósito en mente. Solo la intención de llevar a casa aquella sensación de tensión y vacío. Luego, ya en casa, se dispusoarecorrernuevamenteesas salas capturadas. Durante dos años, pacientemente ha intervenido en esas imágenes, calibrando su resolución, emparejando la calidad del registro a la de las antiguas fotografías familiares que, digitalmente, fue incorporando al encuadre.
En las sobrecogedoras paredes del museo aparecen ahora su abuela Angosto, recostada sobre la yerba; el autorretrato del abuelo Oliva con su cámara de cajón al cuello; los abuelos irlandeses; su padre y sus hermanos en un día de pesca en 1905. En total, 24 imágenes cuelgan ligeras al interior de la sala del Centro Cultural Ccori Wasi.
Bajo la curaduría de Isabela Oliva, la muestra “Empty Rooms” (Espacios vacíos) nos propone confrontar el vacío y proponer nuevos contenidos, acopiar el patrimonio de nuestra memoria para desplegarla en un museo imaginario.
“La juventud experimenta hoy un horror al vacío y al silencio a causa de su relación con el Internet y los celulares. Pienso que es muy importante poder encontrarnosnuevamenteenun espaciovacíoysilencioso,donde tuimaginaciónpuedaocuparloy empezar a crear”, afirma la reconocida artista visual, ganadora del más reciente premio Luces a Mejor Muestra Individual.