Diario El Comercio

Que viva el cine peruano

- Escritor

La piel más temida”, la película de Joel Calero envuelta en una polémica reciente, me pareció una historia bien narrada, con varios momentos emotivos y logrados. La búsqueda de la protagonis­ta, su encuentro con su tío y su abuela, la aparición del chofer del camión y la escena final son hitos narrativos que nos dicen mucho sobre los personajes y sobre el mundo en el que viven, nuestro mundo. En la película, no encuentro ninguna apología en favor del terrorismo. Basta decir que el personaje más distante y negativo de la historia es precisamen­te el terrorista. Me pareció especialme­nte revelador el episodio con los relatos del personaje de Víctor, personific­ado por Amiel Cayo. La escena final representa el encuentro de dos mundos distantes que han logrado reconocers­e. ¿Hay un asunto más peruano que ese?

A propósito de esta película, y ante los anuncios de la revisión del apoyo al cine, hay que recordar la importanci­a por parte de las autoridade­s de promover filmes peruanos de calidad. El cine puede ser un fenómeno masivo que permita que todos los habitantes de un país puedan ver sus propios rostros, escuchar sus propias voces, reconocers­e en sus historias. Cuando vemos películas como “Wiñaypacha” de Óscar Catacora, “Paraíso” de Héctor Gálvez o “Historias de shipibos” de Omar Forero, entre otras, asistimos a historias bien contadas, con personajes interesant­es y ambiguos. Pero también reconocemo­s realidades de nuestro país que ignorábamo­s o no habíamos apreciado lo suficiente. Desde que Francisco Lombardi inició la tradición moderna del cine peruano, han sido varios los ejemplos de películas que han explorado las preguntas sobre nuestra identidad. Promover el cine es promover caminos anteloscua­lespodemos­mirarnos a nosotros mismos.

Pero también es promover una imagen ante el mundo. Un país se reconoce, se mira, se cuestiona, se explora, se acepta y se refleja en la cultura que produce. En una ocasión, ‘El Indio’ Fernández habló de sus películas anunciando que lo que quería era que en ellas “se viera a México”. El cine norteameri­cano empieza con productore­s y directores que, desde comienzos del siglo pasado, cuentan la historia de lo que fue Estados Unidos. John Ford dirige su primera película, “Tornado”, en 1917. Allí están sus personajes envueltos en el polvo, la luz, la penumbra, la violencia, el brillo de su geografía y de su historia. Podemos decir que conocemos mejor a Japón gracias al cine de Akira Kurosawa. Lo mismo podemos decir de la Italia de Fellini o de la Francia de Truffaut. Todos esos directores recibieron auspicios de sus gobiernos. En América Latina, el INCAA de la Argentina ha promovido el cine con gran éxito. No en balde las películas argentinas han recibido muchos premios internacio­nales, incluidos varios Óscar.

La promoción del cine, y de la cultura en general, es una manera de fortalecer las sociedades. Las películas de calidad están hechas para ser vistas durante muchos años. Son una protesta contra el cinismo, la inacción, la inercia, la faltadecom­promiso.sonunmodo de integrarno­s en medio de nuestras tantas brechas sociales. Una afirmación, una revelación y una protesta. En el buen cine se decide parte de nuestro futuro.

“Las películas de calidad son una protesta contra el cinismo, la inacción, la inercia, la falta de compromiso”.

 ?? FACTORÍA SUR PRODUCCION­ES ?? Lucho Cáceres y Juana Burga en una escena de “La piel más temida”.
FACTORÍA SUR PRODUCCION­ES Lucho Cáceres y Juana Burga en una escena de “La piel más temida”.
 ?? ?? ALONSO
ALONSO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Peru