Cómo evolucionó el cuello de la jirafa
Con unas patas que rondan el metro y medio de altura, y un cuello que puede alcanzar los casi tres metros, la jirafa es el animal más alto del planeta. Muchas hipótesis se han elaborado para explicar por qué estos seres presentan esta particularidad. Según la clásica teoría darwiniana, la longitud del cuello de las jirafas venía de su alimentación. Charles Darwin aseguraba que, como herbívoros, se habían adaptado para buscar las hojas más jugosas en las copas de los árboles, que ningún otro herbívoro alcanzaba.
Al parecer, el naturalista inglés se quedó corto, pues un grupo de investigadores, que en 2022 halló restos de un pariente lejano de las jirafas de hace 17 millones de años en la región de Xinjiang (China), descubrió que ese cuello largo podría deberse al combate sexual y no a la alimentación.
La investigación sostiene que, más allá de la presión por llegar a las ramas altas de los árboles para alimentarse, el cortejo por las hembras y la jerarquía social fueron los principales motores que impulsaron el crecimiento del cuello de las jirafas en la evolución.
Esas luchas violentas, a cabezazos en la competición por las hembras, condujeron al rápido alargamiento del cuello de la jirafa, durante un periodo de dos millones de años hasta llegar a su forma actual. ⬅
Los fósiles encontrados en China, un cráneo completo y cuatro vértebras, habrían pertenecido al Discokeryx xiezhi, un extraño jiráfido primitivo del Mioceno temprano. El equipo demostró que las complejas articulaciones entre el cráneo y las vértebras cervicales de este animal estaban especialmente adaptadas para dar cabezazos a gran velocidad.
La cáscara de los huevos es una superficie porosa que permite el intercambio de gases con el exterior. Conforme el huevo envejece pierde humedad que se escapa por esos poros. Clara y yema se encogen y su lugar lo ocupa una cámara de aire, como un ‘flotador’ que eleva el huevo a la superficie cuando lo sumergimos en agua. Cuanto menos fresco sea el huevo, más flotará.
aplica al animal o persona de aspecto extraordinariamente delgado o debilitado, lo que puede deberse a la falta de alimentación, que produce desnutrición, o a una enfermedad. Que ha perdido la complexión natural de su cuerpo o de alguno de sus miembros. Sinónimos: flaco, delgado, esquelético. En zoología ‘dicho de un pez: del grupo de los selacios, que tiene el cuerpo fusiforme (alargado), hendiduras branquiales a los lados, detrás de la cabeza, y cola robusta’, como los tiburones y las rayas.