Prensa Regional

Ama lo que Dios Ama

- POR: OTONIEL FONT

La gente no comprende el trabajo de una iglesia. Mucha gente quisiera que se predicara todo el tiempo de salvación, pero el trabajo de una iglesia va más allá que predicar acerca de la redención. Tenemos que ganar almas, pero nuestro trabajo en la iglesia es enseñarles, instruirle­s a tomar dominio, autoridad.

Hay personas que se han resignado y que no salen del estado en que se encuentran porque han creído la mentira de que no hay un propósito.

En este tiempo, más que tener acceso a la informació­n, debemos procurar tener discernimi­ento en la informació­n que recibimos, porque la informació­n que recibimos es lo que determina lo que creemos. La fe viene por el oír, y todo lo que tú escuchas, se te añade.

Si estás lleno de informació­n negativa, eso es lo que vas a proyectar en tu vida. Por eso es que, no tan solo tenemos que saber escoger, sino que es necesario tener la disciplina de exponernos a la verdad constantem­ente.

Si hay algo que el enemigo quiere hacer, es que la gente pierda el amor por la casa Dios. Una de las quejas de Dios contra la iglesia, en el libro de Apocalipsi­s, es que había perdido el primer amor.

Hay gente fuera de las iglesias que viven una vida de potencial, por el hecho de que cuando eran niños asistían a la iglesia. Hay algunos que comoquiera cogen el camino del mal, pero sembrarle en el corazón a un niño que tiene que orar, que tiene que interceder, que tiene que ir a la iglesia, siembra el temor del Señor, y cuando tienen que tomar decisiones más a delante en sus vidas, la semilla germina. La palabra del Señor no retorna atrás vacía. Cuando una persona necesita transforma­ción, no hay medicina que se compare con ir a la casa del Señor, que alguien ore por él, recibir palabra. Tú deberías tener pasión por llegar a la iglesia a congregart­e, a recibir palabra, a unirte en la fe. Tú debes amar lo que Dios más ama, y lo que Dios más ama es la iglesia. Dios dijo que levantaría una iglesia, y las puertas del infierno no prevalecer­án contra ella.

Hay gente fuera de las iglesias que viven una vida de potencial, por el hecho de que cuando eran niños asistían a la iglesia. Hay algunos que comoquiera cogen el camino del mal, pero sembrarle en el corazón a un niño que tiene que orar, que tiene que interceder, que tiene que ir a la iglesia, siembra el temor del Señor, y cuando tienen que tomar decisiones más a delante en sus vidas, la semilla germina. La palabra del Señor no retorna atrás vacía.

En la gran comisión hay una palabra muy importante: Bautizándo­los. El hecho de que Jesús manda que bauticemos, hace una gran aclaración: Alguien no puede ser discipulad­o por sí solo. Para bautizarte, hace falta alguien que lo haga, hace falta tener contacto con alguien. De lo contrario, diría que se sumergiera­n en el agua. El mismo Jesús fue donde Juan para que lo bautizara, y dijo que era necesario que así fuera, para que se cumpliera la palabra.

El bautismo representa la conexión con la casa de Dios, representa el hacer que una persona entienda que hace falta una conexión divina de autoridad sobre su vida. ¿Por qué es tan importante el bautismo? El bautismo es un acto público de renuncia a la vida pasada. El problema es que tenemos muchos cristianos a ocultas. Tenemos muchos religiosos como Nicodemo. El bautismo le dice al mundo que no solo hay un cambio interior, sino que estás dispuesto a que ese cambio interior, lo vea todo el mundo. Dondequier­a que estés, a dondequier­a que vayas, no debes avergonzar­te de decir públicamen­te en quién tú crees, en quién tú has creído, y que tu vida demuestre que tú has renunciado públicamen­te al mundo.

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