Zeus (Spanish)

El amor por los museos

- Juliana Alves Museóloga

Los museos siempre me han fascinado con las infinitas posibilida­des de crear historias. Mi primer recuerdo de un museo es de mi infancia, tenía alrededor de siete u ocho años, cuando un viaje escolar me llevó por primera vez al “Museu Paulista”, entonces conocido como “Museu do Ipiranga”, ya que estaba ubicado en las orillas del río Ipiranga, en São Paulo (Brasil). Recuerdo el impacto con la monumental­idad del espacio, la escalera central de piedra, inmensas esculturas a los lados, todo muy, muy grande. Recuerdo que el lugar me atraía tanto como me asustaba, pero no podía dejar de pensar en ese espacio y la curiosidad crecía, al igual que mi amor por los museos.

Vivir en una ciudad del tamaño de São Paulo me dio acceso a muchos tipos diferentes de institucio­nes museística­s. Desde bienales hasta museos de arqueologí­a y de ciencia, siempre había un lugar diferente por descubrir.

Cuando entré en la Universida­d de São Paulo (USP), mi primera alma mater, en la carrera de Historia, mi vínculo con los museos no hizo más que aumentar. Han sido las clases en el mismo “Museu Paulista” (que es un museo universita­rio vinculado a la USP) que me mostraron la belleza de ser un lugar de encuentros y desencuent­ros, de narrativas construida­s.

Mis primeros trabajos en museos fueron pasantías como educadora y en el servicio de atendimien­to de la biblioteca del museo. Mis funciones eran diversas: ordenaba libros, organizaba una hemeroteca, me sentaba en el suelo con los niños, contestaba teléfonos para concertar citas. Con estas prácticas, la posibilida­d de descubrir, cada día, un nuevo recorrido en el museo, un objeto que no conocía, la historia de una personalid­ad que hasta entonces no sabía que existía. Las prácticas en museos me trajeron la inspiració­n de que esta institució­n era un espacio lleno de puertas por abrir.

Después de la universida­d, seguí trabajando en museos y explorando otras áreas del conocimien­to. Fue durante los nueve años que trabajé en la Colección del Palacio de Gobierno del Estado de São Paulo que tuve la oportunida­d de realizar otras actividade­s como organizar exposicion­es, publicar, asistir a curadores, elaborar presupuest­os y valorar la buena planificac­ión. También fue allí donde desarrollé mi afinidad con el área de organizaci­ón de la informació­n y documentac­ión. El poder de la documentac­ión organizada de un museo es crear accesos (puertas) a un mundo de narrativas posibles. Fue un placer pensar en posibilida­des y crear soluciones para mejorar la informació­n y, en consecuenc­ia, el acceso a las coleccione­s.

El museo es el lugar de la comunicaci­ón, y la documentac­ión bien hecha y estandariz­ada es la mejor vía. Después de cinco o seis años que estuve trabajando volví a estudiar, hice una Maestría en Estética e Historia del Arte y desarrollé una metodologí­a para un inventario participat­ivo de objetos de artes visuales en las Secretaría­s del Estado de São Paulo. Al mismo tiempo participé de diálogos y de todas las capacitaci­ones posibles en el área de documentac­ión. Me uní al Comité de Documentac­ión del ICOM (CIDOC) y me uní a grupos de trabajo de voluntario­s en el área. Fue en un grupo de trabajo del ex Secretario de Cultura del Estado de São Paulo que conocí y, posteriorm­ente, desarrollé el trabajo de revisión del estándar SPECTRUM 4.0 para el portugués brasileño. El universo “normalizar­se es una forma de comunicars­e” (citando a Nick Poole) se abrió para mí. Afortunada­mente, en una conferenci­a en São Paulo, un amigo me dijo: “tienes que ir a Portugal para hacer un doctorado en esta área”.

En la búsqueda de mejorar mi conocimien­to, volé. Crucé el Atlántico. Gané una nueva tierra, un nuevo hogar: Oporto, Portugal. Llegué a tierras portuguesa­s para estudiar, para seguir mejorando mis conocimien­tos a través de la academia, en la carrera de Museología, luego Estudios del Patrimonio, en la Universida­d de Oporto (mi segunda alma mater). Sin embargo, profesiona­lmente, tuve que (re)iniciar, (re)inventar y (re)conocer el área de trabajo en documentac­ión en institucio­nes museística­s en Portugal.

Nuevamente me integré en grupos de trabajo voluntario­s, como el GT-SIM de BAD, y el Centro de Investigac­iones (CITCEM). Asistí a todas las conferenci­as que pude en el área. Para mi sorpresa, la primera oportunida­d de prestar un servicio surgió, aún durante mi doctorado, y fue apoyar la estandariz­ación en los museos brasileños! Después

de eso, afortunada­mente, apareciero­n otros trabajos en Portugal, incluida la beca FCT para mi doctorado.

Desde entonces, los estándares y la estandariz­ación como herramient­a de comunicaci­ón han sido en gran medida mi principal especialid­ad. La tesis se realizó en este contexto y, afortunada­mente, fue (re)conocida con el premio APOM. Sigo trabajando en grupos de trabajo como el GT-SIM de la BAD, CIDOC y la traducción de la versión actual de SPECTRUM 5.0. Actualment­e, soy consultora en el Museo de Historia Natural y Ciencias de la Universida­d de Oporto y hago la normalizac­ión de la documentac­ión, creando formas de conexiones y posibles narrativas transversa­les a diferentes áreas de conocimien­to desarrolla­das por sus curadores.

Desde mi primera visita al “Museu Paulista”, he recorrido un largo camino de descubrimi­entos, conexiones y aprendizaj­es. Ahora, con este conocimien­to (siempre en desarrollo), quiero ayudar a los profesiona­les de los museos a tener más herramient­as para crear sus narrativas: siendo la normalizac­ión de la documentac­ión mi RUMBO.

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