Millones para matar
Cecile Richards, presidenta del Fondo de Acción Planned Parenthood de USA, ha iniciado a través de las redes sociales, una campaña mediática millonaria a favor de Barack Obama, que favorece y defiende el crimen más horrendo, abominable y salvaje contra la vida, como lo es el aborto. Campaña política de genocidio por demás. Repulsivo, degradante, desgarrador e inhumano. Lo más espantoso del siglo 21. Dice señora Richards: “No existe ' mejor defensor' para la 'salud de las mujeres' de Estados Unidos que Obama. El grupo de planificación familiar, Planned Parenthood se enorgullece de apoyar la reelección de Obama en los comicios de noviembre”.
Frente a esta monstruosidad que se avecina, qué podemos esperar los que todavía nos queda algo de sensibilidad y de amor al prójimo. De piedad y caridad con los seres humanos indefensos y totalmente desprotegidos frente a aquéllos que se llenan las manos y la conciencia de sangre de miles de corazones de inocentes a los cuales se les priva el derecho de nacer. Aunque Planned Parenthood es una organización que se “define” como independiente, no partidista y supuestamente con financiación privada, se contradice cuando levanta bandera en el ruedo de la política partidista para hacerle la campaña al presidente.
No conforme con lo anterior, la organización recibe fondos públicos de todos los contribuyentes, tanto de los que están a favor como de los que están en contra del aborto. Ironías de la democracia norteamericana. Mientras para los abortistas corre el dinero como el agua por el grifo para sus maquiavélicos propósitos, a los que luchan por defender y preservar la vida de los que están por nacer, se les excluye. Se les niega ese privilegio, si de eso es que se trata, para ser justos y correctos.
¿No es acaso esta acción una doble vara, discrimen selectivo? La respuesta es clara y contundente.