Imperativo social
COORDINADOR DEL CONSEJO DE POBREZA Y DESARROLLO COMUNITARIO. CENTRO PARA PUERTO RICO
La pobreza se ha descrito de muchas maneras a través del tiempo. Siguiendo parámetros científicos dentro del campo de la sociología, se han establecido métodos de medición para determinar la cantidad de personas por debajo o sobre determinados niveles de ingreso económico en regiones geográficas específicas.
Estos métodos de medición cuantitativa nos ayudan, hasta cierto punto, a identificar un problema de pobreza en determinado momento y lugar. Además de medirla, también se cualifica a veces como extrema, relativa, espiritual, etcétera.
No importa los calificativos que le demos o la cantidad medida, lo cierto es que en la realidad que todos vivimos día a día la vemos, la percibimos y la sentimos, casi siempre en términos de desigualdad.
Esta desigualdad económica y social afecta seriamente las posibilidades y las oportunidades de participación de un sector determinado de la población. El efecto de esta desigualdad se refleja en condiciones de carencia material y de desventaja social que, en la mayoría de los casos, marca al individuo con un sentimiento de impotencia, de frustración y de violencia física y sicológica hacia su entorno social.
Todos somos parte de la pobreza y de su entorno social y todos somos afectados adversamente por la condición de pobreza en nuestro país. Todos sin excepción somos responsables de hacer algo para disminuir o erradicar la pobreza. Todos tenemos la responsabilidad de involucrarnos en acciones concertadas serias y sensatas dirigidas a educar para transformar nuestra sociedad en equitativa, pacífica, y feliz.
No se puede seguir posponiendo el inicio de un proceso educativo abarcador e inclusivo a través del cual nuestro país logre desarrollar individuos comprometidos con el bien común.
Pongamos cada cual nuestro esfuerzo en esa dirección Pasemos ya del discurso a la acción, porque el bienestar de todos está en juego.