Esculpir un país
Estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico crean 17 piezas en las que retratan la fuerza laboral de la Isla
MÁS QUE UN PECADO CAPITAL, la pereza es un mal social que ha asentado raíz en la fibra de varios países en el mundo; a fin de cuentas, también es una cosa muy humana. Y a veces ese problema opaca la laboriosidad de miles de personas que acuden a trabajar movidos por el compromiso de aportar a la sociedad en la que viven.
Como un homenaje a ellos y ellas, estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas de Puerto Rico (EAP) trabajan desde principios de mayo en un proyecto de escultura que les ha permitido explorar oficios y profesiones, en el marco de un acuerdo de colaboración entre El Nuevo Día y la EAP denominado “Figuras que construyen”.
A los jóvenes se les proveyó materiales y la lista de oficios a escoger; debían cumplir con especificaciones en la pieza como que fuera a prueba de agua, viento y desarrollada con papel periódico. Las piezas serán evaluadas por un jurado compuesto por dos expertos en arte, mercadeo y publicidad, que evaluarán valores como creatividad, técnica, relación y composición.
De las 17 piezas, 10 pasarán a otra fase como finalistas y serán expuestas en agosto en el centro comercial Plaza las Américas, donde el público podrá votar por su favorita. El estudiante ganador será becado por un semestre en la EAP y recibirá un donativo de $300. Asimismo, durante el verano las 17 piezas estarán de gira por el país.
LO QUE DESCUBRIERON
Visitamos a los artistas en plena faena. El pasillo de uno de los patios interiores de la EAP estaba tomado por las esculturas así como varios salones. Llegaban temprano y no tenían límite de horas de trabajo. Rodeados de periódicos, formaron los personajes.
Alejandro González Pomales y Jackelyn González Romero trabajaron en equipo las esculturas de una enfermera, un baloncelista y un receptor de béisbol. Al cubrirlas con el papel de periódico fueron encontrando pistas. “Hay muchos mensajes ocultos, por ejemplo, con la enfermera exploramos el tema de los planes médicos y aprendimos sobre las cosas que suceden en el Centro Médico. Queremos levantar conciencia sobre eso”, comentó González Pomales.
A su lado, Joan Rosa Rivera y Rolando Carrasquillo daban forma a la escultura de un plomero que habían cubierto -en su mayoría- con el papel en el que se imprimen los clasificados. “Pensamos
en la letra compacta, en lo que uno lee en los anuncios, en la salud, en la estructura del agua”, explicaron.
Aixa Pérez daba los toques finales a su boxeadora. “Trabajé para presentar el movimiento. Para el pelo, que es más brillante, usé los ‘shoppers’, tiritas finitas, barro y ‘modeling paste’”, describió la joven.
En la esquina, un chef cobraba vida en manos de Marcel Sánchez y Angélica Pérez, quienes trabajaron mucho la personalidad de su escultura dotándolo de unos simpáticos cachetes y de un uniforme cuidadosamente trabajado. En cuanto a crear dentro de unos parámetros establecidos, ambos aseguraron que “no me sentí restringido porque es posible darle rienda a la creatividad dentro de unos parámetros”, dijo Sánchez.
David Olivera y Daniela Rosselló trabajaron un constructor por medio de una instalación -a la escultura le integraron elementos del mundo de la construcción- a través de la cual buscan hacer un comentario sobre cómo cada cuatro años el país se “reconstruye” de cara a una elección. Curiosamente, el rostro del constructor fue trabajado con pedacitos del papel en el que se imprimieron fotos de Jennifer López, contaron.
En el recorrido por el pasillo nos topamos con una escultura de una periodista hecha por Ener Centeno y una mujer policía obra de John Rodríguez.
En uno de los salones, Raiza Saldaña trabajaba en la figura de un zapatero cuyo rostro sacó del molde que obtuvo del rostro de un amigo. Mientras que Sahid Pérez, quien realizó un pescador, proponía una reflexión sobre el calentamiento global y el modo en que hay muchos oficios que se ven afectados por los daños a la naturaleza. Lynette Ruiz nos mostró las herramientas de su carpintero y vimos a la figura del agricultor de Carmelo Ríos, con una pierna que asemejaba un árbol para recordarnos el vínculo humano con la tierra.
Esto por mencionar apenas algunas de las más visibles. Algunos trabajaron con el papel periódico como si fuera una paleta de artista y fueron creando tonalidades y patrones de color; otros se enfocaron en las letras y sus mensajes para reinterpretarlos. Todos celebraron, con el oficio de escultores, los tantos oficios que nos componen.