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EN UN MUNDO DONDE LAS DISTRACCIONES TE
Lograr mantenerse enfocada y concentrada se ha convertido en casi una misión imposible para Nina Ro- dríguez, una joven empresaria con múltiples responsabilidades y preocupaciones.
“Creo que tengo tantas cosas que hacer y tanto estrés que, últimamente, tengo mil ideas a la vez y aunque trato de resolver lo inmediato, enseguida comienzo a pensar en todo lo que me queda por hacer y, al final, no hago mucho”, agrega Nina, mientras resalta que eso le provoca mucha frustración.
La empresaria, quien pidió usar un seudónimo, entiende que todo comenzó a raíz de varias situaciones personales y profesionales que le generan mucha ansiedad.
Ella es una de muchas personas que, por las razones que sean, sufren de problemas de concentración, al punto que afecta su diario vivir.
Son las que, por ejemplo, leen el capítulo de un libro o de un documento importante y al final se percatan que no han retenido nada de su contenido; pasan por el embarazoso momento de “perder el hilo” de una conversación o, algo más peligroso, no detener el auto en una luz roja...
Son solo algunas de las situaciones típicas de falta de atención o concentración que pueden disminuir el desempeño de una persona, ya sea en el hogar, el trabajo o en sus estudios.
MODIFICAR HÁBITOS
Reconocer el problema es un buen comienzo para modificar hábitos perjudiciales, como acumular tensiones, preocuparse demasiado por situaciones que no puedes controlar o tener muchas responsabilidades o proyectos entre mano.
Eso implica ejercitar la capa- cidad de focalizar los pensamientos en una sola dirección. Y una buena forma es entender cómo funciona el cerebro, indica la psicóloga clínica e hipnoterapeuta Alicia Cabrera.
“Nuestro cerebro consta de dos hemisferios, izquierdo y derecho. En el izquierdo se procesa la audición, el habla y el lenguaje. Mientras que el derecho es para el aprendizaje verbal y auditivo”, explica Cabrera, quien destaca que el hemisferio izquierdo también se encarga del pasado y del futuro, mientras que el derecho está en el aquí y en el ahora.
“Basándonos en eso, la distracción o la falta de concentración va a depender del hemisferio del cerebro que predomina en un momento dado”, agrega la psicóloga. Por ejemplo, las personas con déficit de atención o pobre concentración procesan la información con el hemisferio izquierdo y, generalmente, piensan más en el pasado o en futuro.
“Si escuchan música clásica, como la de Mozart o Vivaldi, el hemisferio derecho es el que prevalece porque es el que te mantiene en el presente. Y eso ayuda a la concentración”, sostiene Cabrera, mientras resalta la importancia de hacer actividades que nos mantengan en el presente, como una forma de fortalecer la concentración.
“Si te mantienes mucho tiempo pensando en el pasado o en el futuro y poco tiempo en el aquí y en el ahora, vas a perder concentración porque estás actuando en piloto automático”, advierte la psicóloga, quien cree que cuando esto pasa la persona no ve lo que está pasando a su alrededor “y está combatiendo obstáculos” para una buena concentración. En esos momentos es cuando suele presentarse la frustración o la desesperación.
En ese sentido, dice que es muy importante unificar propósitos, ideas, sentimientos y acciones para lograr resultados favorables en toda acción que se realice, no importa si es sencilla o difícil.
“A veces no somos conscientes de lo que realmente nos está afectando y muchas veces son miedos que vienen de la niñez. Por eso es importante limpiar la casa interna de esas emociones negativas que no te dejan concentrar. Por eso yo trabajo buscando la causa de esos miedos para desactivarlos y reprogramar la mente”, explica Cabrera, quien dice que utiliza la hipnosis para lograrlo y activar la concentración.
FORTALECE LA MEMORIA
También se debe tener en cuenta que el cerebro se puede adiestrar para fortalecer la memoria y la capacidad de concentración, opina la doctora Zaira Mateo Mayo, educadora y especialista en neurociencias de la Pontificia Universidad Católica de Ponce.
“En ocasiones se dice que solo usamos el diez por ciento de nuestro cerebro y me parece que es un pensamiento sim- plista, sobre todo porque tenemos muchos tipos de memorias a corto o largo plazo y con diferentes conexiones neurales. Y todo va a depender de cómo desarrollas cada una de ellas”, explica Mateo, mientras sostiene que hay múltiples factores que abonan a que una persona tenga problemas de concentración, entre ellas, algunas enfermedades.
“Pero sacando las afecciones patológicas, es importante que la persona que tiene dificultad para concentrarse o memorizar algo busque un ambiente que le ayude en el proceso”, recomienda Mateo, tras destacar que al igual que un buen deportista necesita ejercitarse y practicar todos los días, el cerebro necesita ejercitarse para fortalecer la memoria y la concentración.
Por eso, la experta recomienda que se busquen actividades que sean del agrado de la persona para ejercitar la mente.
“Si te gusta hacer crucigramas es buena forma de ayudarte a ejercitar la memoria y la concentración. Leer sobre algún tema que te guste te mantiene motivado, y eso ayuda a la memoria. De hecho se ha probado científicamente que las personas que no leen mucho, con los años, pueden tener problemas de memoria”, advierte la educadora.
En ese sentido, Mateo cree que pequeños cambios al momento de leer pueden ayudar. Por ejemplo, no leer acostado en la cama, tener una buena iluminación y estar en un ambiente agradable, libre de ruidos o distracciones.
“Hay personas que están en un sitio sumamente ruidoso y pueden leer y concentrarse bien. Pero hay otras que ante la menor distracción no lo pueden lograr. Por eso es importante que la persona identifique cuál es el ambiente que la ayuda a concentrarse mejor”, recomienda Mateo, tras indicar que no hay una regla específica que le aplique a todo el mundo.
ALIMENTACIÓN, SUEÑO Y EJERCICIOS
Para nadie es un secreto que una alimentación adecuada, ejercicios y dormir bien son ingredientes necesarios para una vida saludable y feliz. Eso, a su vez, ayuda a que el cerebro pueda concentrarse.
De hecho, un estudio de la Universidad de Yale, donde se midieron los niveles de azúcar en el sistema nervioso central de las ratas, encontró que una disminución significativa de esa sustancia causaba que los roedores quedaran exhaustos y con poca concentración mental para salir de un laberinto.
Por eso, indica el estudio, la glucosa es para el cerebro lo que el combustible para un motor. “Para mantenerse bien concentrado es recomendable una alimentación rica en frutas, cereales, verduras y miel”, sostiene la información, publicada en MedlinePlus, donde también se aconseja que, en momentos en que comienza a fallar el rendimiento y la concentración es buena idea comer algún dulce.
De la misma forma, añade la información, se ha encontrado que el insomnio o dormir mal puede causar una baja productividad, problemas para pensar con claridad, incremento en el riesgo de accidentes, irritabilidad y disminución en la calidad de vida. Por eso, recomiendan el ejercicio y técnicas de meditación y yoga como una forma de disminuir el estrés y ayudar a mejorar la concentración.
De hecho, para el doctor Luis F. Rivera, instructor de yoga y meditación del Centro Yoga Devanand, es la mejor forma de alcanzar un relajamiento profundo en poco tiempo, lo que contribuye a un mejor descanso físico y mental.
“El yoga es una disciplina milenaria, no es una religión y su práctica continua mejora la circulación, el balance, el equilibrio, la concentración, la memoria y la fuerza de voluntad”, sostiene Rivera, quien destaca que el descanso profundo natural es la base para la tranquilidad, armonía y deseos de vivir.