El Nuevo Día

Muertos en vida

- CELIA MARÍA GONZÁLEZ Y JUAN CARLOS VÁZQUEZ PADRES DE MARANGELY

El pasado 13 de enero de 2012 perdimos a uno de los tesoros de nuestra vida. Ese día comenzó la pesadilla más horrenda que cualquier padre o madre puede vivir. Y de la cual no hemos podido despertar. Nuestra hija se convirtió en una víctima inocente del crimen. En nuestro caso perdimos dos: Marangely y Gerardo (a quien también amamos como hijo nuestro). Los novios de Ponce.

La situación se complica al pasar los días. Los medios masivos de comunicaci­ón enfocan sus esfuerzos en casos de alto perfil y de personas adineradas. Los que no pertenecem­os a esos círculos, sin voz, hemos de tragar la angustia de una justicia que en su espera, desespera. Promesas, desinforma­ción y tratos irreverent­es por encima de lo ya acaecido parece ser lo que las institucio­nes que se supone ayuden nos tienen continuame­nte almacenado.

Quienes nos prometen seguridad y colocan cámaras para combatir el crimen también quedan en evidencia. Pues los proyectos que un día fueron motivo de fanfarria se dejaron de pagar, por negligenci­a o por irresponsa­bilidad. Además, las retiraron del lugar preciso. Cámaras pudieron haber ayudado en la identifica­ción de los asesinos de nuestros hijos. Parece ser que hoy nadie sabe dónde fueron a parar los equipos adquiridos con fondos federales. Pero, ¿quién lo va a investigar?

Todas estas situacione­s, y otras más, complican nuestro dolor. Estamos muertos en vida. Y cada otro falso profeta nos hunde más el puñal. Estos padres, que aún esperamos cada día la llegada de nuestra hija, y todas las madres y padres de víctimas inocentes del crimen deseamos que nuestra situación sea tratada como la de aquellos que viven desde los privilegio­s que dan las conexiones con el poder político, o el acceso que da el dinero. Nuestro dolor no es menos y nos urge igual necesidad de justicia.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Puerto Rico