Excesos culinarios
Para muchas personas ha resultado decepcionante el descrédito de las profecías apocalípticas. No les culpo. Pues eso de anunciar el fin del mundo y que luego no ocurra nada es desilusionante. Este chasco ha barrido la credibilidad de aquellos inocentes indígenas que, milenios atrás, en medio de un saturnal bacanal con peyote, visualizaron la zombificación de la humanidad con gran precisión.
Ahora solo nos falta que un señor forrado de títulos universitarios nos espante anunciando una horrible muerte a los que disfrutemos de los grasientos manjares navideños de nuestro país.
Dejando a un lado mis agrias ironías, que tantos frutos pedagógicos me han brindado, debo decir que es cierto que la tradicional cena navideña de los puertorriqueños no es precisamente ambrosía, sino que contiene mucho de todo aquello que ha sido vinculado con la mala salud. O, como dice el refrán: “De buenas cenas están las sepulturas llenas”. Sin embargo, muchas personas, con bastante razón en sus argumentos, se cuestionan la razón de vivir una larga vida apartados de los placeres. Al menos en esta controversia la razón parece estar en el fino balance que nos aleja de los excesos.
En primer lugar, es irracional, y a mi entender nada placentero, pasarse todo un mes (las Navidades más largas del mundo) comiendo frenéticamente los mismos alimentos en cantidades pantagruélicas. En segundo lugar, hemos sublimado el consumo de alcohol a modo de un ceremonioso ritual.
Visto de esta manera, nuestras preferencias culinarias navideñas altas en calorías, grasas, sal y carbohidratos no tendrían mayores consecuencias para nuestra salud si las ingiriéramos en cantidades comedidas, a una frecuencia recatada y por un tiempo de fiestas menos primitivo.
Finalmente, deben quedar advertidas las personas mayores que padecen enfermedades crónicas que están bajo dietas terapéuticas (baja en sal, diabética o renal, por mencionar algunas), que cualquier imprudencia culinaria podría colocarlo en una sala de intensivo al borde de un apocalipsis maya. Feliz Navidad. Más información en: terceraedad.homestead.com.