Libertades fundamentales: base de prosperidad y éxito
Obama asegura que en su segundo mandato buscará impulsar el comercio con Latinoamérica y concretar una reforma migratoria integral y definitiva
NO HA SIDO un año fácil para el presidente Barack Obama. Durante gran parte de 2012 tuvo que desdoblarse entre su rol como mandatario y su papel de candidato presidencial. Y aunque su triunfo sobre el republicano Mitt Romney le garantizó un nuevo periodo de cuatro años –que comienza en enero próximo–, eso no resuelve en forma automática temas pendientes como el alto desempleo y la esperada reactivación económica de su país.
En ese contexto, América Latina estuvo presente en las elecciones a través del voto de millones de inmigrantes y descendientes de latinos que volvieron a creer en el proyecto de gobierno de Obama. Una fuerza social que demostró su verdadero peso político y su capacidad para generar cambios. Un claro indicador de cómo el perfil de la región ha ido variando en los últimos años. Y de la estrecha relación –más económica que política, incluso– que se ha ido construyendo entre Washington y Latinoamérica.
En medio de su apretada agenda de actividades de fin de año, el presidente Obama aceptó responder un cuestionario del Grupo de Diarios América (GDA), en el que abordó las prioridades de su segundo mandato con Latinoa- mérica, la importancia de reforzar el intercambio económico y su compromiso con el combate al narcotráfico, entre otros temas.
Usted fue elegido por GDA como la figura más importante de 2012 a nivel mundial. ¿Qué opina de esta distinción?
Estoy agradecido porque esto me ofrece otra oportunidad de hablarles directamente a sus lectores. Aprecié la oportunidad de hacerlo a principios de año antes de la Cumbre de las Américas en Cartagena. Agradezco esta oportunidad de hacerlo nuevamente según hago planes para mi segundo mandato porque creo que esta región va a cobrar cada vez más importancia para nuestro futuro en un mundo globalizado.
Según les comenté a sus lectores a principios de año, yo he comprometido a los Estados Unidos a establecer alianzas de igualdad y respeto mutuo con las naciones y los pueblos de las Américas, basadas en interés mutuo. Y, tal como lo reiteré en Cartagena, no tenemos socios más importantes ni menos importantes, todos somos socios del mismo nivel. Esto refleja el progreso extraordinario logrado en toda la región. Económicamente, esta es una de las regiones de crecimiento más acelerado en el mundo, y las naciones están tomando la iniciativa como nunca antes para contribuir a la segu-
ridad y la prosperidad en la región y alrededor del mundo. Creo que hay tanto más que podemos hacer juntos como socios del mismo nivel para mejorar las vidas diarias de los ciudadanos. De manera que, para mí, esta distinción es un honor personal, pero también es un símbolo de los estrechos lazos que existen entre los pueblos de las Américas.
¿Cómo definiría la actual relación entre Estados Unidos y América Latina?
Creo que nuestras relaciones con nuestros socios de América Latina son más fuertes que lo que han sido en muchos años. Lo he visto durante nuestras Cumbres en Trinidad y Tobago y en Cartagena, y lo he visto en mis viajes a México, Brasil, Chile y El Salvador. A través de las Américas, la gente reconoce que hemos dejado atrás las disputas obsoletas que impedían el progreso en el pasado. Hoy existe una nueva apreciación de que tenemos que acoger un sentido compartido de responsabilidad, en el que las naciones, incluyendo a los Estados Unidos, cumplimos nuestras obligaciones unas con otras.
Por lo tanto, hemos logrado un progreso significativo durante los últimos cuatro años. Hemos expandido el comercio y las inversiones, lo que crea empleos desde el norte hasta el sur. Nos hemos mantenido firmes contra los carteles de las drogas y las pandillas criminales que amenazan a nuestros ciudadanos. Hemos forjado nuevas alianzas para hacerles frente a los retos compartidos, desde el desarrollo económico hasta la energía limpia. Aquí en los Estados Unidos, hemos incorporado una mayor transparencia y confiabilidad en las remesas que los trabajadores envían a sus países de origen para sus familias. Hemos continuado defendiendo la gobernabilidad democrática y los derechos humanos universales, en nuestro propio hemisferio y alrededor del mundo.
Desde luego, uno de los motivos de que nuestros lazos sean tan fuertes es la profunda amistad que existe entre nuestros pueblos. Esto incluye a decenas de millones de hispanos que enriquecen a los Estados Unidos diariamente.
¿Y qué temas con Latinoamérica serán los más importantes durante su segundo gobierno?
Creo que este es un momento de gran promesa para la región, y espero poder seguir expandiendo sobre nuestros logros de mi primer mandato. Específicamente, tenemos que continuar reduciendo los obstáculos al comercio y las inversiones y hacer que nuestras economías sean más competitivas en la economía global, que es el motivo de que estemos yendo adelante con la Alianza Transpacífica y aumentando la coope- ración en la energía. Tenemos que continuar aumentando las conexiones entre nuestra gente con más turismo e intercambios de estudiantes. Para combatir la pobreza y la desigualdad, tenemos que cerciorarnos de que el crecimiento económico sea general e incluyente, especialmente para nuestras pequeñas empresas y las empresarias femeninas, que desempeñan una función tan importante en elevar a la gente y a las comunidades a la clase media.
Aquí en los Estados Unidos, tengo la intención de colaborar con los demócratas y los republicanos en el Congreso para ir adelante con una reforma migratoria integral. Ya he tomado medidas para despejarles la nube de la deportación a los dreamers , que son los jóvenes que fueron traídos a los Estados Unidos cuando eran niños. Pero esa es solo una solución temporal. Lo que hace falta es que el Congreso apruebe un proyecto de ley que garantice que nuestro sistema de inmigración refleje nuestra herencia como nación tanto de inmigrantes como de leyes. Espero que este debate comience poco después de mi toma de posesión, y estoy seguro que podemos lograrlo.
Por segundo año consecutivo, el Grupo de Diarios América realizó su encuesta de personajes más importantes del año a nivel latinoamericano y mundial, resultando electos Hugo Chávez y Barack Obama, respectivamente.
En su opinión, ¿de qué manera América Latina puede ayudar a promover la democracia y la seguridad en el hemisferio?
Siempre que me encuentro en América Latina, yo señalo que prácticamente todos los pueblos de las Américas actualmente viven en democracias. Esto es un logro histórico que no sucedió por si solo ni por casualidad. Es un tributo a las generaciones de ciudadanos que se esforzaron y se sacrificaron de manera que pudieran tener más control sobre sus propias vidas y determinar su propio destino. Y existe una conexión directa entre este progreso democrático y el progreso económico de la región. La historia demuestra que las naciones que defienden los derechos y las libertades fundamentales eventualmente son más prósperas y más exitosas. Aquí en las Américas, tenemos un compromiso compartido con la Carta Democrática Interamericana, que sostiene que nuestros ciudadanos tienen el derecho a la democracia y que nuestros gobiernos tienen la obligación de promover y defender la democracia. Tal como les he dicho a otros públicos en los Estados Unidos, el trabajo de perfeccionar nuestra propia Unión no acaba nunca. Lo mismo es cierto en toda la región. Tenemos que continuar defendiendo el derecho de los ciudadanos de expresarse libremente, de vivir en sociedades que tengan una prensa libre y legislaturas y sistemas judiciales sólidos e independientes, y de escoger a sus propios líderes mediante elecciones libres y justas. Dadas sus exitosas transiciones a la democracia, los países de América Latina también pueden establecer un ejemplo positivo para el mundo sobre el éxito del desarrollo democrático.
Desde luego, también reconocemos que debemos continuar abordando las fuerzas sociales y económicas que empujan a tantos jóvenes a llevar vidas de drogas y delincuencia en primer lugar. Por eso es que nos estamos uniendo con aliados en todas las Américas para expandir la vigilancia basada en las comunidades, fortalecer los sistemas de justicia de menores e invertir en programas de prevención de delincuencia y drogas. Y estamos ayudando a los países a fortalecer los tribunales y las instituciones necesarias para defender el estado de derecho y los derechos humanos. Toda persona en las Américas, independientemente de donde viva, merece vivir en paz, con seguridad y con dignidad. Ese es el futuro para el que continuaremos esforzándonos, en una alianza con nuestros amigos en todas las Américas.